El texto que sigue fue leído por Sir Richard Rogers al pronunciar la vigésimo segunda Conferencia del Memorial Walter Neurath, en Birckbeck College, en la Universidad de Londres, en 1990. No obstante el tiempo transcurrido, no ha perdido ni su interés ni su vigencia. habla el premio Pritzker de arquitectura 2007
<< La arquitectura inmortaliza y glorifica algo. De ahí que no pueda haber arquitectura si no hay nada que glorifican>> Wittgenstein.
La historia de la arquitectura debería considerarse como una historia de la invención social y la técnica, y no como una de estilos y formas. Lo que más me interesa son aquellos periodos en que el cambio se acelera y se alcanzan momentos cruciales, cuando la innovación es más importante que la consolidación y el perfeccionamiento del estilo. Prefiero mas a Brunelleschi que a Miguel Ángel, el estilo gótico temprano ingles que su suceso decorativo, a Borromini que al historicismo que le siguió.
Los últimos cien años han sido uno de esos periodos revolucionarios, que afectaron todos los campos del quehacer humano las ciencias, las artes, la economía y política. Hemos sido testigos de una explosión tonificante y sin precedentes de nuevas ideas y tecnologías, muchas de las cuales tienen un potencial profundo para mejorar, y por cierto, emancipar nuestras vidas. Pero esta misma revolución ha traído consigo una crisis política y moral, que abarca a todo el mundo y que requiere una respuesta mundial.
A pesar de toda nuestra nueva riqueza – material e intelectual, la mayoría de los pobladores del mundo se ve negada la oportunidad no puede llevar una vida decente. Los estómagos hinchados y los rostros tristes de los bulos del tercer mundo, el frio y la miseria que tiene que soportar nuestros jubilados, el creciente número de gente que vive entre cartones y en los umbrales de los edificios, se levantan como acusaciones hacia una sociedad que tiene la capacidad de erradicar la pobreza, pero prefiere dale la espalda. Más allá de la explotación e injusticia que se han convertido en características de nuestra civilización, se cierne la amenaza de un desastre ecológico. Nuestro dilema ahora es que los medios para emanciparnos amenazan nuestra propia existencia y la existencia de otras especies.
Durante los últimos cincuenta años, nuestro desarrollo se ha acelerado al punto de que si continua descontrolado, destruirá a la humanidad. Solamente con una nueva actitud mas consiente, a través de la educación, la investigación y, sobre todo, la reflexión, podremos evitar este cataclismo. Y podremos evitarlo, porque los problemas que enfrentamos son manejables, hay energía, hay espacio, y hay formas, porque el mundo es inmensamente rico en recursos naturales.
La encrucijada en que nos encontramos tiene una influencia directa en nuestra apreciación de los éxitos y fracasos de la arquitectura moderna. Porque en la arquitectura, como en otros campos, la fuerza arrasadora de la creatividad, el descubrimiento y la invención moderna. Porque en la arquitectura, como en otros campos la fuerza arrasadora de la creatividad, el descubrimiento y la invención han sido frustrados por los mismos intereses egoístas que mantienen la pobreza mundial y amenazan el medio al ambiente. Así, al contrario de lo que sostienen algunos connotados críticos de corta visión, la fealdad de mucha de la arquitectura moderna no es únicamente la responsabilidad de un grupo de profesionales. El saqueo de nuestro entorno construido es solo una pequeña parte de un patrón más amplio, un patrón en que los nuevos adelantos en materia de ideas y tecnología están atados, no a los valores públicos, si no a los intereses privados.
Si seguimos considerando solamente nuestras necesidades individuales, si seguimos siendo egoístas, especializándonos en lugar de tratar entender la implicancia universal de lo que hacemos, o si nos retraemos al sueño nostálgico de un pasado que nunca existió, en lugar de hacer el mejor uso de las más brillantes mentes y de las herramientas modernas, entonces nuestro futuro será sombrío, por decir lo menos.
Creo en la conversación y en el aprendizaje a través de la historia, pero el copiar simplemente el pasado menosprecia su propia integridad. Buckminster Fuller, probablemente el más brillante ingeniero y filósofo del medio ambiente de este siglo, escribió: << La esperanza en el futuro tiene sus raíces en la memoria, porque sin memoria no hay historia y no hay conocimiento. No se puede formar ninguna proyección del futuro sin referencia al pasado. El pasado, el presente y el futuro, la memoria y la profecía están entretejidos en un todo continuo. La esperanza de nuestro futuro reside en un entendimiento claro del pasado >>.
Al insistir en que la pobreza de gran parte de nuestra arquitectura debe de entenderse como parte de un patrón más amplio, no intento eximir a los arquitectos de toda responsabilidad. Para comenzar se puede ver a posteriori que algunas de las suposiciones e ideales del Movimiento Moderno fueron errados.
El Movimiento Moderno, reformista y humanitario, se desarrollo como un intento de remediar la miseria y monotonía de la ciudad del siglo XIX, una miseria que nosotros, que hemos hecho de la nostalgia una encarecida característica nacional, somos proclives a olvidar, pero que escandalizo a muchos escritores de la época. Recuerden la descripción que hizo Ruskin de la capital victoriana: << esa asquerosa gran ciudad de Londres bulliciosa, llena de humo y hedionda ¡un montón de ladrillos tumultuosos, que emanan veneno por todos los poros! >>
Sin embargo, si el propósito modernista de crear una arquitectura democrática y asequible para reemplazar a los tugurios fue encomiable, es quizás cierto que en su deseo de hacer entrar la luz del día, la naturaleza e la higiene de la vida de la gente común, los modernistas tempranos sub valuaron la intensidad y complejidad urbana; descuidaron la importancia de la interacción y el intercambio personal y espontaneo que es la esencia misma de la vida citadina.
En particular, la idea de agrupar las actividades por zonas, aunque era atractiva en un tiempo en que muchas casas eran contaminadas por las fábricas, con frecuencia ha dado como resultado barrios comerciales y residenciales desprovistos de vitalidad y de carácter. Teniendo esto en cuenta, muchos modernistas están tratando ahora de crear edificios que brinden una variedad de actividades complementarias. En nuestro diseño del Centro Pompidou, y en el National Gallery, por ejemplo, buscamos crear centros que fuesen atractivos para todos: niños, turistas y habitantes del lugar, estudiantes y trabajadores, visitantes y transeúntes.
De igual manera, la tendencia modernista temprana de poner todos los edificios en un mismo espacio parece ahora menos atractiva de lo que fue en una época de hacimiento crónico. Por cierto, como lo saben los arquitectos desde siempre, muchos edificios importantes tiene de estar aislados en el espacio. Por cierto, como lo saben los arquitectos han seguido la tendencia de desechar la alternativa técnica de labrar el espacio dentro de un tejido urbano compacto. En 1978 fuimos uno de los ganadores de un concurso para plaza Paternoster, cercana a la Catedral de San Pedro. Los edificios de antes de la guerra que había en el lugar y que iban a ser demolidos eran varios bloques aislados. Por el contrario, nuestro plan consideraba un edifico masivo en el que se tallo espacio con relación a los puntos focales, vistas, movimientos y entradas. De igual forma, nuestro diseño para la Lloyd´s nos propusimos dar realce al patrón de estrechas calles medievales de la ciudad construyendo en todo terreno. Esto permite que una persona tenga solamente una visión parcial del edifico que, por lo tanto, está diseñada para ser visto solo por partes.
Los errores que han caracterizado al Movimiento Moderno, y podríamos agregar sin duda que otros también, se han agravado por la falta de sentido crítico de muchos arquitectos modernos. En la lucha por crear el Movimiento, dejaron sin examinar los errores y entraron en el vocabulario de discípulos incondicionales. Por cierto, quizá uno de los grandes errores del modernismo es que no ha aprendido lo suficiente de sus propios errores .recién ahora los arquitectos modernos están comenzando a pensar seriamente en formas de devolverle vitalidad y complejidad a la vida de la ciudad.
Sin embargo, aunque actualmente no están desechando o corrigiendo algunos principios modernistas, se necesita recalcar que otros continúan dando vida a lo mejor de la arquitectura contemporánea .edificios como el conjunto habitacional de Tadao Ando en Rokko, Japón ,el Museo de Arte Kimbell de Louis Kahn ,en Fort Worth, Texas , o el Estadio Communale,en Bari ,Italia, de Renzo Piano, son una muestra de la integridad de materiales de construcción ,del uso experimental de nuevas tecnologías ,y de una composición estructural más que decorativa ,que son algunas de las características más perdurables del movimiento moderno.
Progresivo y extraordinariamente diverso en sus comienzos –mucho más divertido de lo que reconocen sus críticos – el modernismo continua vivo en la arquitectura más interesante de la actualidad .a pesar de algunas ideas falsas y errores que han caracterizado su historia como cualquier teoría visionaria estaba destinada a ser revisada y adaptada es una tontería sugerir que las ideas del Movimiento Moderno son las responsables principales del despojo de nuestras ciudades.
La pobreza de gran parte de la arquitectura de la posguerra puede encontrarse, por una parte, en la necesidad urgente de reconstrucción y ampliar una infraestructura pública severamente dañada después de seis años de guerra que habían llevado a la economía a una situación extremas y ,por otra , a la creciente competitividad y «eficiencia» de las organizaciones capitalistas. Esto no significa que no hubieran algunos proyectos excepcionales: nuevas ciudades, colegios, hospitales y viviendas. Sin embargo, la situación general era que las autoridades públicas disminuían costos y el sector privado maximizaba sus utilidades, ambos sin tomar en cuenta la calidad arquitectónica.
La verdad es que las cajas de vidrio, los pasos a desnivel y los bloques de torres de la posguerra no son, ni el legado de un dogma estético falaz, ni el testimonio de la arrogancia de los arquitectos modernos, representan algo mucho más real y perturbador: El hecho de que uno de los aspectos más importantes de nuestra vida pública, nuestra arquitectura ha sido sacrificada a los intereses privados del mercado y las economías cortoplacistas de las autoridades oficiales.
Uno no puede negar que los arquitectos han tenido una función importante en este fracaso .no porque fueron modernistas, sino porque muchos de ellos estuvieron muy dispuestos a coludirse con sus clientes en la opinión de que la arquitectura es simplemente otro negocio lucrativo sin ninguna importancia para el público en general .no deseo disculpar a los arquitectos que han diseñado conjuntos baratos de segunda clase .pero culparlos solo a ellos ocultar la medida en que las grandes corporaciones, los promotores inmobiliarios y los gobiernos están profundamente comprometidos.
Los arquitectos no pueden trabajar en un vacio, a diferencia de otros artistas ,dependen totalmente de un terreno , de los encargados y de las finanzas.las buena arquitectura, en esta época como en cualquier otra ,nace de un cliente ilustrado , de una financiamiento generoso y de un encargo con sentido publico.es precisamente la ausencia de este orgullo público y de auspicio ,y no la supuesta inhumanidad del modernismo ,lo que ha constituido el factor más pernicioso de la arquitectura británica .los clientes de las esferas públicas y privadas ,hablando de manera general, han mostrado una insensibilidad extraordinaria a la calidad de nuestro entorno arquitectónico ;una mirada a los «barrios empresariales» de la zona portuaria londinense y de otros lugares ,donde la mayor parte de las restricciones zonales fueron eliminadas , muestra de manera muy clara que el comercialismo ignorante siga vigente.
Existen razones para pensar que todas las épocas producen algunos buenos arquitectos, y en la actualidad los clientes pueden escoger arquitectos de cualquier parte del mundo. Hay de hecho un grupo de arquitectos británicos como James Stirking, Sir Norman Forter, Sir Denys Lasdun, Michael Hopking y Nicholas Grimshaw, que son internacionalmente reconocidos como lo mejores del mundo, aunque en el caso de los primeros uno tiene que viajar al extranjero para apreciar sus mejores trabajos.
Nadie culpa al artista por la mala colección de un museo, o al autor si la biblioteca cuenta con una selección pobre. Mientras existan buenos pintores y escritores, la culpa debe recaer en los responsables de la selección. Lo mismo es cierto en lo que respecta a la arquitectura.
¿Qué lugar a habido, sin embargo, para un auspicio con orientación cívica en el clima ético de la última década? La última etapa del capitalismo, ilustrada en la política aplicada por Magaret y Ronald Reagan, revelan que el dinero y la ganancia son fines en sí mismos, y ya no el medio de llegara a un fin.
Este argumento se basa en el principio de que la riqueza financiera, una vez establecida entre los ricos, llegara a alcanzar a las capas inferiores y beneficiara a todas las clases. Personalmente no veo señal de ello; por el contrario el Thatcherismo parece una confirmación de la teoría de la concentración de riqueza, y no de su distribución.
«la forma sigue a la ganancia» es el principio estético de nuestro tiempo.de esta forma ,la capacidad de diseño se mide hoy por la habilidad del arquitecto de construir el recinto más grande posible con la menor inversión y en el tiempo mas corto.los factores que ahora determinan el diseño de un edificio son la eficiencia económica máxima en términos de espacio rentable en relación al espacio bruto, ratios de pared a piso y la altura de pisos mínima .el resultado es un edificio dedicado a una actividad única en la forma de una caja de paredes delgadas -un centro comercial , un edificio de oficina o un bloque de departamentos sin ningún espacio público que no rinda ganancias, ninguna característica estructural expresiva o innovadora , y ciertamente ningún espacio para celebrar el arte de la arquitectura. Las arcadas, los jardines y balcones, aun las ventanas retiradas ,afectan el espacio rentable y se consideran incompatibles como el principio de la ganancia .y porque los promotores inmobiliarios y sus accionistas desean obtener un rendimiento rápido de su inversión –los horizontes de los corredores de bolsa y de los contadores no duran eternamente –se debe usar los materiales más baratos .algunos clientes se niegan inclusive a plantar árboles; ningún roble aumentara el valor rentable de una propiedad , y se nos dice que ningún inversionista esperar al que el roble crezca.
La mayor parte de la arquitectura contemporánea es por lo tanto producto de la fuerzas económicas duras ,y no el resultado del trabajo de un diseñador ;representa el producto lógico de una sociedad que mira al medio ambiente en términos de ganancia .todos los promotores inmobiliarios están en competencia ;cualquier promotor inmobiliario que anteponga sus interés a largo plazo está destinado a desaparecer y beneficiar a su competidores menos responsables ,exponiendo su campaña a ser adsorbida y despojada de sus activos. Solamente si el gobierno toma parte y legisla a favor del bien común, podrá alcanzarse la calidad.
La vocación del arquitecto ha sido reducida a diseñar maquinas para hacer inversiones, que por lo demás son a corto plazo .un destacado abogado, hablando en el instituto americano de arquitectura en 1989, resumió la actitud de la mayoría de los clientes contemporáneos: «O nos prestan un servicio, tal como lo deseamos, o llevamos nuestro negocio a otra parte .solo podrán sobrevivir en los a los 90 de esa forma ».
Si los clientes tratan el encargo a un arquitecto únicamente de esa forma –solo como un negocio- entonces el clamor público de que los arquitectos mejoren sus estándares será en vano .el problema reside en el estándar de la demanda y no en la oferta.se ha hablado mucho de mejora la enseñanza de la arquitectura ,pero es muy probable que este tipo de medida encuentre el mismo obstáculo .no importa la calidad de preparación de los arquitectos si el cliente escoge al que esté dispuesto a diseñar un proyecto teniendo en cuenta la ganancia y no la belleza .mi propia experiencia me ha enseñado que los clientes inteligentes y comprometidos son una parte tan importante del «equipo de diseño »como los arquitectos eh ingenieros. No hay manera de que los arquitectos puedan diseñar plazas, parques o edificios de alguna calidad, sin su auspicio y dirección .por ejemplo con un cliente responsable como Loyd´s, nuestro contacto con su Presidente, con el gerente de desarrollo, con el directorio y varios comités de contacto con los usuarios fue prácticamente diario. Se presento una variedad de opciones y se construyeron modelos a escala natural de partes del edificio para que fueran aprobados por Lloyd´s. En casos como este, el edificio acabado refleja la dedicación y sensibilidad del cliente tanto, como la contribución del arquitecto.
El posmodernismo se desarrollo como una reacción a las limitaciones y errores del modernismo temprano y a su incapacidad de aprender de sus errores o de desarrollar en forma rápida para encarar las necesidades cambiantes. Sin embargo, si el posmodernismo represento originalmente una protesta contra la monotonía y carácter alienante de mucho de lo moderno, en particular la arquitectura de estilo internacional se ha convertido rápidamente en la estética superficial de un diseño comercial chabacano. Su simpatía por el historicismo ha degenerado con demasiada frecuencia en una decoración banal, un juego caprichoso de símbolos, que no tiene una relación integral con las funciones del edificio, pero que logra disfrazar su pobreza fundamental. Si las publicaciones posmodernistas tienden a ocuparse de elevaciones es porque el plano y la sección la materia de la mejor arquitectura moderna se han entregado a la maximización del espacio rentable.
La arquitectura moderna surgió de una creencia en la potencial calidad de la sociedad moderna, en su capacidad de proporcionar bienestar y una habitación de alto estándar para la gente, Pero mientras que los modernistas tempranos buscaron la evolución de nuevas formas y tipos de edificios adecuados a una sociedad democrática industrial, sus sucesores posmodernistas se han limitado a jugar con cornisas y frontones. Los edificios posmodernistas se decoran ahora con disfraces bonitos: neoclásicos, góticos, egipcios o vernáculos gitanos.
El postmodernismo, obsesionado por el dinero y la moda, no ha producido un diseño riguroso o un mejor medio ambiente, porque no puede ofrecer soluciones a un mundo que necesita una arquitectura que se ocupe de la falta de espacio público, de reverdecer el entorno, de albergar a los más necesitados con maquinas, flexibilidad y cambio. La estética domina la ética; los sin techo, los desocupados, los esquizofrénicos deambulan en un medio cada vez más hostil. Aumentando las tensiones sociales. La estética de lo bonito y la industria del patrimonio cultural no son la solución. El problema no es el estilo sino la calidad, no la estética sino la ética. Desde sus comienzos, la arquitectura moderna, como sus predecesores clásicos, se han preocupado de incorporar la nueva tecnología a sus diseños. Sus edificios más logrados han celebrado la tecnología con la cual son construidos, y se han llenado de un sentido de innovación y exploración.
Esta audacia tecnológica ha provocado la crítica de que los edificios modernos son incapaces de armonizar con su entorno más antiguo. Pero el hecho es que todos los movimientos arquitectónicos significativos han sido innovadores y también revolucionarios en su tiempo, con el resultado de que algunas de las composiciones arquitectónicas más bellas del mundo surgen precisamente de la yuxtaposición de grandes edificios de muchos estilos diferentes, que se relacionan clara y valientemente a través de tiempo. La plaza San Marcos en Venecia o la plaza de la Señoría en Florencia son buenos ejemplos.
Quizás el mejor ejemplo de diseños, individualmente bellos pero totalmente contrastantes, que crean un todo armonioso es el de aquel grupo de edificios en el King´s College de Cambridge. La gran capilla gótica se levantaba aislada en el prado hasta que mecenas inteligentes tuvieron la valentía de cambiar lo que debería considerarse en esa época como la ubicación perfecta. Hoy vemos edificios medievales y clásicos al lado de la capilla gótica, creando una de las vistas más sublimes de Inglaterra.
Lo que es cierto de los edificios modernos del pasado es igualmente cierto de los edificios más innovadores del presente. Solo hay que pensar en el edificio Seagram de Mies van der Rohe en Nueva York, o más recientemente aun, la pirámide del Louvre de I.M. Pei y Asociados, para ver que la arquitectura moderna puede responder a un contexto urbano de una forma que nunca ha sido superada. La arquitectura moderna es rica en diferentes teorías y soluciones, desde ciudades subterráneas creadas por arquitectos como Paolo Soleri en Arizona, a las obras de Future Systems Arquitects, de Gran Bretaña, para los laboratorios espaciales de la NASA, pasando por la Staatsgalerie en Stuttgart de James Stirling y Michales Wilford, y el Banco de Hong Kong y Shanghái de Norman Foster.
Creo en el rico potencial de la ciencia y la tecnología. Estéticamente uno puede hacer lo que desee con la tecnología, porque es una herramienta y no un fin en sí misma, pero la ignoramos a nuestro propio riesgo ya que sin ella no podemos lograr nuestro potencial. Por ejemplo, mi diseño preliminar para el concurso del Tokyo Fórum se basa en el desarrollo de un lugar de un encuentro urbano. Una estructura de filigrana de acero soporta tres conchas de acero brillante suspendidas donde está el auditorio. En sus techos hay jardines y ambientes para recepciones. El nivel del suelo consiste en tres plazas parcialmente cubiertas por los auditorios que están encima. Al nivel del suelo hay salas de exhibición, centros de información, talleres, tiendas y un restaurante. Grandes escaleras mecánicas y cubiertas de vidrio levan a millones de personas a través del espacio abierto entre las plazas y la zona de actividades aérea.
Los nuevos adelantos tecnológicos ofrecen a los arquitectos la extraordinaria oportunidad de desarrollar nuevas formas y materiales. La computadora, la pastilla de siliciom el transputor, la biotecnología, y la química de estado sólido podrían realzar el ambiente, incluyendo un mayor y no menos control individual y menos espacios uniformes. Arquitectos e ingenieros como Bruckmister Fuller, Archigram, Cedric Price, John Johansen y Jan Kapalicky han explotado las posibilidades que se abren con estos nuevos adelantos. Estoy en pos de una arquitectura que exprese y celebre los cambios cada vez mas acelerados en lo social, lo técnico, lo político y lo económico; una arquitectura de permanencia y transformación donde la vitalidad urbana y la dinámica económica puedan darse, reflejando la yuxtaposición y el cambio de las funciones; la construcción como una forma de control aleatorio que pueda responder a situaciones y relaciones complejas. Ese tipo de arquitectura puede lograrse parcialmente zonificando los edificios para que sirvan a actividades de larga duración, y sean servidores de actividades de corta duración.
La creación de una arquitectura que incorpore nuevas tecnologías conlleva el romper con la idea platónica de un mundo estático, expresado por el objeto finito perfecto al que nada se puede agregar o quitar, un concepto que ha dominado a la arquitectura desde sus comienzos. En lugar de la descripción de Schelling de la arquitectura como música congelada, estamos buscando una arquitectura que se asemeje a cierta música moderna, al jazz o a la poesía, donde la improvisación juegue un papel, una arquitectura indeterminada que contenga permanencia y transformación.
Los mejores edificios del futuro, por ejemplo, interactúan dinámicamente con el clima para poder satisfacer mejor las necesidades de los usuarios y hacer un uso optimo de la energía. Más parecidos a los robots que a los templos, estas apariciones, con sus superficies semejantes a las de un camaleón, insisten en que volvamos a repensar, una vez más, el arte de construir. La arquitectura dejara de ser una cuestión de masa y volumen, serán estructuras ligeras cuyas capas transparentes superpuestas crearan la forma de manera que las construcciones se desmaterialicen.
A la fecha -y aquí incluyo al modernismo temprano- los conceptos arquitectónicos se han basado en un orden lineal, estático, jerarquizado y mecánico. Hoy sabemos que el diseño basado en el razonamiento lineal debe ser sustituido por una arquitectura de extremos abiertos y de sistemas yuxtapuestos. Este enfoque de <> nos permite apreciar el mundo como un todo indivisible; en arquitectura, como en otros campos, estamos aproximándonos aun visión holistatica, ecológica del globo, y de la forma en que vivimos en el.
En arquitectura, la microelectrónica y biotecnología invisibles están reemplazando a los sistemas industriales mecánicos. Pronto estaremos viviendo en un mundo tan desprovisto de mecánica que edificios como el Banco Lloyd´s de Londres, que es generalmente considerado como demasiado innovador, parecerá anticuado y pasado de moda.
Los edificios, la ciudad y sus habitantes serán un organismo inseparable, albergado en un marco que se ajusta perfectamente, y a la vez cambia constantemente. Los postes, vigas, paneles y otros instrumentos serán reemplazados por una continuidad perfecta. Estos robots móviles y cambiantes tendrán muchas de las características de los sistemas de vida, interactuando y autoregulándose, reajustándose constantemente por medio de una programación automática. El hombre su habitación, su alimentación, su trabajo y su solaz estarán conectados y mutuamente dependientes de manera de lograr una simblosis ecológica. La preocupación actual por los objetos aislados será reemplazada por una preocupación por las relaciones. Las habitaciones dejaran de ser objetos estáticos y serán marcos dinámicos. El alojamiento será receptivo, constantemente cambiante y se readaptara sin cesar. Las ciudades del futuro no se zonificaran, como hoy, en guetos dedicados a una sola actitud, más bien, se asemejaran a las ciudades de múltiples actividades del pasado. La vida, el trabajo, las compras, la instrucción y el entretenimiento se mezclaran, y tendrá lugar en estructuras continuas, variadas y cambiantes.
En el caso de estructuras arquitectónicas, los sistemas de reacción, actuando en forma muy similar a las de los músculos del cuerpo, reducirán la masa al mínimo, levantando pesos y fuerzas con la ayuda de un sistema nervioso electrónico que detectara los cambios del medio ambiente y registrara las necesidades individuales.
En la actualidad, los pilotos automáticos de los aviones pueden manejar todas las funciones del control y parámetros ambientales muchas veces por segundo, adaptando y modificando continúame los sistemas del control para lograr la comodidad optima del vuelo de los pasajeros. El futuro está aquí, pero recién se comienza a sentir su impacto en la arquitectura.
Michael Davies, uno de mis socios, ha descrito la experiencia de vivir en un edificio sensible al futuro:
``Miren hacia un revestimiento bañado por el por el espectro, cuya superficie es un mapa de su reacción instantánea, robando energía del aire con el movimiento indiscente, ondulando sus redes fotogramétricas a medida que pasa una nube delante del sol, una pared que, cuando llega el frio nocturno, levanta sus plumas, y volviéndose blanca en su lado norte y azul en su lado sur, cierra sus ojos, no sin antes acordarse de lanzar un poco de resplandor al portero de noche, iluminar un espacio para los enamorados en el lado sur del nivel 22 y volverse un 12 por ciento plateado justo antes del amanecer´´.
No es muy común relacionar la economía y el consumo con la cultura y sugerir que actualmente es el sistema de contabilidad lo que gobierna las artes. Sin embargo, creo firmemente que para lograr una nueva ilustración cultural, una que comprenda a la arquitectura, será necesario redefinir el equilibrio entre el capital, el trabajo, el planeta y los pobres.
El colapso del comunismo en Europa del Este, y las reformas establecidas por el Presidente Gorbachev , ofrecen a las principales naciones la oportunidad de evaluar prioridades ambientales y políticas en términos humanísticos. Los muchos miles de millones gastados en armamentos pueden ser ahora destinados a crear un mundo más justo y bello, en donde la arquitectura civil tome su lugar junto a prioridades como la educación, la lucha contra la contaminación, la salud y la alimentación. Estamos, potencialmente, frente al comienzo de una nueva era de ilustración, no a la escala de la antigua Grecia, pero comprendiendo todo el planeta.
Confieso mi oposición al sistema económico explotador actual, y mi fe y convicción inalterable en que una comunidad global, en la que el arte y la ciencia se unan para servir a un bien común, representaría el más bello e ilustrado logro del espíritu humano.