5.03.2014

Urbanismo y política

























Urbanismo es política. Nada más nada menos, mi profesor de urbanismo en la facultad de arquitectura de la UNI nunca me lo mencionó, eran los tiempos de la dictadura de Fujimori, probablemente esto lo conminó a no decirme toda la verdad; en la escuela  de arquitectura todos soñábamos con tener ciudades bellas, llena de arboles, con amplias veredas, esta era la idea utópica de ciudad jardín que nos enseñaba la academia, la realidad era otra al salir del campus de la universidad, tenías que ir como una sardina enlatada, en esto que se llama combi,  gastar tu vida a través del tiempo que toma llegar a casa y además el de poner tu vida en peligro hasta llegar a ella. El taller de diseño era el espacio para expresar todo lo que conocíamos o veíamos, recuerdo que viajamos a Pisco, era 1997 y diseñamos muchas cosas para Pisco antes del terremoto del 2007; al final del curso la cátedra decidió darnos la mejor nota y declarar nuestra propuesta de diseño urbano como la mejor de ese ciclo, las maquetas y planos fueron llevados y exhibidos en lo que era la antigua municipalidad de Pisco, pero nuestra propuesta nunca se concretó en ningún proyecto, nunca se hizo realidad.
Recuerdo en las recomendaciones que hicimos, indicamos que podían haber problemas en las áreas donde la gente estaba construyendo en aquel entonces y que la napa freática era muy superficial, pasaron cuatro administraciones de alcaldes y nunca se aprobó el plan, no hace falta decirles lo que pasó, pues ya por todos es conocido, el terremoto del 2007 destruyó por completo Pisco y muchas ciudades del sur chico del País.

Lamentablemente muchos años después me di cuenta del porque la maqueta nunca se hizo realidad, o porque los esquemas nunca se desarrollaron, ni los arboles nunca se plantaron. Doce años después viene una arquitecta y urbanista colombiana a Lima; paisa, como le dicen a los colombianos nacidos en Medellín, por su trato tan agradable y por su hablar tan quedo y bello, nos explicaba el porqué la relación entre urbanismo y política no solo era vital, sino que el urbanismo era política en sí mismo; yo era parte en esos días de un workshop internacional que buscaba evaluar el estado de Pisco; y ella seguía repitiendo, “el urbanismo es política”, mi mente dudaba, pues chocaba con la enseñanza en la academia, pero al final de toda la exposición, y después de una semana en la ciudad de Pisco pude entender porque el urbanismo es política.

El urbanismo es política porque se trata de ciudadanos y de cosas públicas, y quienes manejan las cosas públicas son los políticos, ellos deciden que se hace y que no se hace, la vereda no la decide el arquitecto o urbanista, la decide el político. Recuerdo en la visita después del terremoto a Pisco durante ese Workshop conocí a una señora que se llamaba Charito, ella vive en Pisco desde hace 25 años, la escuché atentamente, pues en los últimos años, he decidido escoger escuchar  en vez de hablar, y entonces decido escuchar, a través de sus palabras se repiten casi las mismas historias: los peruanos somos desunidos, no tenemos una identidad, la gente busca satisfacer primero su vientre antes que preocuparse por los demás. En Pisco desde el año 2007 no se vive, se sobrevive cada día, esta señora me cuenta como sus hijos trabajan eventualmente para ganarse el pan diario, nadie hace nada por ellos, nadie quiere hacer nada.

Lo acontecido en Pisco después del terremoto simplemente no tiene nombre, o quizás tiene muchos nombres: corrupción, peculado, malversación de fondos y otras palabras que me sobran para definir lo que vi. Regresé doce años después, la primera vez llegué a la ciudad de Pisco como estudiante de arquitectura del taller de urbanismo, vine a soñar; esta segunda vez regresaba como arquitecto, vine a despertar de todo lo soñado, hasta ahora no sé si lo que más me impacto fue la destrucción de la ciudad o la destrucción de la moral de casi todo el pueblo.

Nos reunimos con las autoridades, cantamos el himno nacional, solo había un medio de comunicación que se dedicaba a este tema de la reconstrucción de Pisco, ya habían pasado dos años después del terremoto así que por esos días la prensa estaba enfocada en temas muy banales, la farándula limeña era más importante para la prensa que las 50,000 personas afectadas en Pisco, y a veces estas cosas anecdóticas de la vida te hacen reflexionar en lo que dices y hasta en lo que cantas, Somos libres. Empiezan las primeras palabras del himno nacional, habría que preguntarse ¿somos realmente libres?, ¿hemos llegado a alcanzar la libertad como pueblo o como nación?

Y entonces en la noches no te queda más que ver las estrellas y reflexionar, de hacer un poco de memoria, de recordar la historia, San Martín llega a Libertar al Perú, desembarca justo en la bahía de Pisco, fue el primer suelo del entonces Virreynato del Perú que pisó, allí nació la primera bandera, probablemente allí pensó que el Perú no estaba lo suficientemente preparado, como para ser una democracia, finalmente llega a Lima, Nos independizamos de España en 1821, se entrevista con Bolívar en Guayaquil, y finalmente le deja paso al que llegó a ser nuestro primer dictador, don Simón Bolívar, me pregunto de nuevo, ¿probablemente en Guayaquil se fregó del Perú?, quizás, pues si San Martín no hubiera desistido hoy seriamos una nación diferente, y entonces conversando con otros amigos, llegamos a la conclusión, ya entrada la madrugada,  que esta forma dictatorial que ha gobernado al Perú por casi mas de cien años llega con Bolívar, y que ha continuado hasta llegar a Fujimori es la que hace nuestras ciudades se encuentren en el estado como hoy las vemos.

Y esto lo vemos reflejado en el urbanismo, en la misma calle, la plaza en la que se ubica la estatua de San Martín no existe ningún edificio público, es decir la estatua del fundador del congreso no está donde debería estar, más bien la estatua de Simón Bolívar quien disolvió el congreso y fue dictador del Perú, es la que se erige en la plaza que lleva su nombre y donde se emplaza el edificio del congreso, entonces hasta las incongruencias en historia de la política peruana se ven reflejadas en  el urbanismo.


Entonces la frase de urbanismo es política podría ser cierta, y esto no solo se da en el caso nuestro, podemos mirar un poco a las principales ciudades del mundo, hagamos memoria, el boulevard parisino, la transformación de París por Haussman, tenía un propósito político, no se podían combatir en las calles estrechas de la París medieval, al pueblo, pues la gente con  barricadas en cada revuelta en París terminaban anulando al ejercito del rey, entonces el boulevard que hoy admiramos fue la solución y el remedio para terminar con las revueltas, el Paris medieval dio paso al Paris que hoy vemos, fue diseñado para que pase el carruaje, y marche el ejercito. Era simplemente una decisión política.

Si bien es cierto el Plan de París de 1870, representó un avance en la política de saneamiento de una ciudad, las demoliciones que realizo Haussman en París fueron mal imitadas en otras ciudades europeas y en América, pues muchos de estos planes quedaron ejecutados parcialmente, las cicatrices las vemos claramente en la plaza dos de mayo y la plaza Bolognesi, nuestros gobernantes adoptaron un plan que nos era completamente ajeno.

Nueva York salpicada de edificios altísimos, son la expresión norteamericana de lo que es la filosofía de Wall Street, el sacar la máxima rentabilidad al suelo, es el reflejo de la sociedad emprendedora, del capitalismo salvaje y que se refleja en la política de uso de suelo, la ganancia llevada hasta lo más alto, el cielo era el límite.

Brasilia es la expresión de la búsqueda de descentralizar un país, de ordenar todo, de zonificar, pero, ¿es Brasilia obra del urbanista Lucio Costa y de Oscar Niemeyer? o ¿es la obra de su presidente Juscelino Kubitschek.?, probablemente la segunda opción sea la respuesta, el presidente Kubitschek, fue un mandatario de orientación socialista, que formó un equipo de profesionales de su misma tendencia política. Así fue como el grupo de creativos intentó desarrollar un modelo de ciudad "utópica" donde se pretendía eliminar las clases sociales, la utopía se convirtió en concreto. André Malraux le da el título de Capital de la Esperanza, probablemente por esta razón. Fue entonces la decisión política y no la mano de Oscar Niemeyer quien decidió hacer realidad esta ciudad para muchos alienante, para otros el ejemplo de la ciudad moderna que seguía al pie de la letra todos los puntos de la Carta de Atenas de 1933.

Y para tener ejemplos más cercanos, en tiempo y espacio; la ciudad de Bogotá que hoy admiramos, ¿no es el resultado de las buenas decisiones que tomaron dos grandes políticos?, como lo son Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, ¿no es acaso la Medellín que hoy admiramos el trabajo de Sergio Fajardo y su equipo de 40 personas?, y si bajamos más al sur, Guayaquil, esta transformación del malecón, de su infraestructura, es obra de urbanistas peruanos, por supuesto, pero detrás de ellos estuvo la firme decisión de León Febres Cordero de cambiar Guayaquil, entonces uno se pregunta ¿porque los arquitectos peruanos pueden hacer maravillas a tres horas de la frontera norte del país y porque no pueden hacer lo mismo en su propia patria?, ¿se cumple el verso bíblico de “nadie es profeta en su propia tierra”?; pues no, simplemente no tenemos una clase política que pueda llevar adelante y liderar estas reformas.

Entonces si el urbanismo es política, la fealdad de la ciudad de Lima, la reconstrucción que nunca se hizo de Pisco, el desorden, que hoy vemos, ¿qué es?, es simplemente el reflejo de la actitud de nuestros políticos y de nosotros como sociedad.

Pero la Lima que hoy vemos, en sus barrios, en sus conjuntos habitacionales  son ejemplo de toma de decisiones políticas, y las vemos a medida que caminamos por ella, el centro de Lima representa la ubicación del poder político, pero no del poder económico formal, el poder económico formal está en San Isidro, la Sanhattan del País, como en la típica ciudad norteamericana, las clases más pudientes se fueron moviendo más al sur, y dejaron el centro, entonces hoy el centro es de todos y de nadie, de nadie porque nadie vive allí, el centro de hoy está muy venido a menos, y no por culpa de las autoridades, es por nuestra culpa, los centros históricos de ciudades como Cusco y Arequipa tienen ciudadanos, cusqueños y Arequipeños, el centro histórico de Lima no tiene limeños, tiene migrantes y no lo digo despectivamente, pues soy hijo de migrantes, pero esa es la realidad, el sentido de pertenencia no existe, y la memoria colectiva se la llevo el Rímac, el centro para mi generación no existe como un recuerdo, como parte de las vivencias de mis padres.

Pero si camina mas allá de das cuenta de que hubieron otras políticas en la ciudad, pasas por San Felipe, o por Limatambo, entonces te das cuenta que hay un urbanismo que en alguna manera pensó que teníamos que planificar la ciudad y que el Estado tenía un rol importante dentro de este problema de la vivienda, y estos pedazos de ciudad, fueron desarrollados por un político; ¿quién era el político que hizo esto?, era  Don Fernando Belaunde Terry, entonces cuando tu conversas con los vecinos de estos lugares ellos defienden su lugar, lo sienten como suyo, lamentablemente con el golpe de Estado de Velasco Alvarado esta visión se detiene. El campesino se vuelve propietario, el militar se hace de Chacarilla.

Salimos de Limatambo y tomamos el tren de la estación de Angamos, bajamos en Villa El Salvador, y uno siempre dice: esta es una ciudad pujante y emprendedora, que nació en un arenal, lugar de María Elena Moyano, de la resistencia al terrorismo, todo esto es cierto, es verdad;  pero la ciudad que vemos es monótona, ¿en qué época se desarrolló? En la época del gobierno militar, entonces el discurso se te aclara, si eres militar, piensas como militar, desde los espartanos, la línea, la falange, el orden es parte de esta manera de entender y vivir el mundo, entonces tienes una malla un damero en colinas de arena que hoy llamamos Villa El Salvador. Esa fue la respuesta urbana a la migración. Pero los migrantes cual persas o bárbaros invadieron Lima cual Roma, la falange simplemente falló.


Entonces ¿qué  falló?, Lima ha tenido planes directores que nunca se cumplieron, ¿qué paso?, pues simple, ¿cuánto tiempo tenemos viviendo realmente en democracia?, probablemente muy pocos años, esta ciudad creció sin orden, y esto es lo que vemos en las políticas que han aplicado sus alcaldes, para Barrantes la prioridad era el vaso de leche, esa era su política, para el finado Alberto Andrade era el centro de Lima, el empezó a tratar de recuperar el centro. En Lima, el tren eléctrico es del gobierno nacional, el Metropolitano es del municipal, ¿es la superposición de muchos actores la responsable del fracaso de los planes?; durante la república en materia de urbanismo hemos tenido muchos músicos, muchos de ellos solistas,  pero ni un solo director de orquesta, entonces lo que hoy vemos es desorden, no existe alguien que le de armonía a la ciudad y continuidad a las políticas que se aplican en la misma.

Y menciono Lima no por centralista sino porque recién hoy las ciudades del interior del país empiezan a tener crecimiento económico, y empiezan a pasar en menor escala por el mismo proceso que pasó Lima, pero a pesar de que han pasado décadas después de la expansión urbana de Lima, aún no tenemos la estructura política que nos permita ordenar este río económico que está arrasando todas las huertas de las periferias de las ciudades del interior del país.

Pero en nuestro país las cosas no han estado ni están en su debido lugar, recuerdo de nuevo las entrevistas de aquellos días en Pisco, dos años después del terremoto, el alcalde le echaba la culpa a Forsur, el Forsur al alcalde y al Gobierno, el gobierno al Forsur, al gobierno regional nadie lo menciona, era mantequilla en ese juego, el pueblo le echaba la culpa al alcalde, la culpa es de ellos, la culpa es tuya, la culpa no es mía, ¿la culpa es de nosotros?, para nada, esa última frase no existe en el lenguaje de los peruanos, al final nadie es culpable, nadie asume responsabilidades.

De nuevo regresa la pregunta, ¿somos libres?, probablemente no, no lo somos, todos somos esclavos directa o indirectamente de la corrupción, de la inercia premeditada del Estado, de su burocracia, de nuestro propio egoísmo, lamentablemente el bien común no es importante, nunca ha sido importante en el país.

En Pisco conocí a varios estudiantes en este encuentro con algunos pisqueños, los adolescentes nos dicen que el mejor lugar de Pisco es el muelle, porque mirando el mar puedes ver cuán insignificantes somos, pero cuan significantes somos a nosotros mismos, y recuerdas entonces que Valdelomar decía, a la orilla del mar se piensa siempre,  ¿recuerdas?, Valdelomar también nació en Pisco.

Entonces al ver que a pesar de la tragedia, hay al menos dos adolescentes que tienen esperanza; tú dices, hay que reflexionar y hacer algo, y no planteo en estas líneas una refundación de la república que es el discurso repetitivo de cada candidato a la presidencia en el Perú de las últimas décadas, planteo que  tragedias como la de Pisco debe llevarnos a no solo reconstruir físicamente a Pisco, sino a darnos cuenta que la realidad urbana que vemos hoy en Pisco es simplemente el reflejo de la realidad social del Perú, y que dependerá de cada uno de nosotros para que el Status Quo cambie.

Necesitamos cambios ahora, desde invertir mucho más en la educación, de crear mecanismos para una democracia más participativa, y estamos hablando de hasta la renovación por tercios del congreso, de que existan jurados aparte de jueces, pues es más fácil corromper a uno que a doce personas, hablamos de una reforma del Estado, y también de los partidos políticos y de una lucha para liberarnos de la corrupción en todos los niveles. ¿Y cómo se relaciona todo esto con el urbanismo?; pongo un ejemplo, todas las infracciones en materia de urbanismo que se han dado en el distrito más pequeño y más conflictivo del país, esto es, Barranco; se han dado porque se ha judicializado el crecimiento de nuestras ciudades, entonces si eres propietario y deseas construir lo que quieras, así la municipalidad tenga un plan de ordenamiento territorial, o plan maestro, tu puedes ir ante un juez y pedirle que te dé el derecho de edificar, Santa Rosa de Lima hecha papel hace el milagro. Entonces la reforma política del Estado es vital para hablar de un cambio de nuestra realidad urbana.

Pero no todo es malo, los hijos de los migrantes, los mismos limeños, a pesar de los malos políticos, a pesar del terrorismo, a pesar de la crisis económica, pues hemos salido adelante, entonces vemos milagros económicos como el del cono norte de Lima, o siguiendo la línea del tren, tenemos clusters de industria de ropa como Gamarra, o de muebles, como el parque Industrial de Villa El salvador, entonces te das cuenta de que la Lima de hoy no es como pudiera haber dicho Valdelomar, el Jirón de La Unión, ni el Palais Concert, hay muchas Limas, y  tiene varios centros económicos, que la formalidad ha ido encontrando o más bien persiguiendo a la informalidad, entonces encuentras a los centros comerciales emplazándose en los lugares en los cuales una parte de los limeños ni imaginábamos que iba a funcionar un servicio así.

Entonces Lima como capital se ha convertido en una ciudad policéntrica pero lo ha hecho de una manera no planificada, la vitalidad urbana que vemos en los conos de la ciudad, no han sido propuestos por la autoridad municipal, no han sido ni diseñados, han sido estudios de mercado realizados por empresas privadas las que han permitido esta ubicación de varios centros comerciales en la ciudad, la tarea pendiente en la planificación de las ciudades de cara al bicentenario es tomar en cuenta al ciudadano, de todas las clases y letras, como un agentes de cambio y esto le competente a las autoridades, pues ellos terminan finalmente diseñando estos entornos.

Pero  este modelo de Lima con varios centros en la mayoría comerciales; ¿funciona?; Lima lamentablemente ha adoptado este modelo norteamericano de desarrollo de ciudad,  Richard Rogers, un arquitecto inglés, alguna vez dió una charla en Facultad de Arquitectura de la universidad Nacional de Ingeniería,  El mencionó que el modelo de crecimiento urbano de las ciudades norteamericanas no es sustentable; en la ciudad existe una dinámica donde juegan muchos factores, económicos, políticos, sociales o simplemente de moda. Lo que fueron residencias y palacios se transforman en oficinas o degeneran y se degradan hasta  ser barrios humildes donde los nuevos ocupantes se sienten inadaptados e incapaces de sostener las estructuras antiguas; este fenómeno se ha dado en el centro de Lima, que ha pasado de ser lugar de residencia de las clases privilegiadas para convertirse en un mercado ferial provinciano.   En general, las clases sociales han ido siempre en busca de los emplazamientos mas reservados y exclusivos, donde estuvieran menos sujetas a las incomodidades de una urbe agitada y socialmente mezclada.

En Lima primer emigraron extramuros en lo que hoy es El paseo Colon, luego fue hacia la Av. Salaverry, Jesús Maria y Santa Beatriz, luego Chorrillos, Barranco y Miraflores, posteriormente hacia Monterrico, Surco y la Molina. Pues cuando estos emplazamientos han dejado de ser tranquilos y exclusivos porque la ciudad los ha absorbido, los han vuelto a abandonar emigrando más lejos. Pero si reflexionamos sobre este modelo norteamericano de urbanismo, la plaza, el parque en Los conos ha sido reemplazado por el patio de comidas, el mall, el centro comercial, y esto se está replicando en las grandes ciudades del país, la reflexión que debemos hacer ¿es este urbanismo de típica ciudad de suburbio norteamericano el que debemos adoptar?, o debemos plantear un urbanismo adecuado a nuestra realidad.

Todos creemos que el libre mercado es la única manera de sacar al país de la pobreza y del subdesarrollo, pero tenemos un problema, tenemos un nivel de informalidad enorme que tiene que ser encausado, necesitamos planificar, nuestros padres construyeron con sus propias manos sus viviendas, sembraron sus árboles, pero esto se dio en un momento en el que el país se desbordaba, pero hoy con los recursos que tenemos necesitamos retomar la planificación de las ciudades del país, hay ciudades como Huamanga, Jauja, Cusco, Arequipa, Trujillo que pueden pasar por el mismo proceso que ha pasado Lima hace décadas, los centros comerciales ya están apareciendo, el patio de comidas se lleva la vida del centro y lo deja desierto, las periferias, las campiñas como la de Arequipa se empiezan a lotizar con lotes enormes como si tuviéramos tanta tierra como los Norteamericanos en Los Ángeles. En el año de 1900 Otto Wagner (1841-1918) declaró “La expansión de las ciudades no puede ya abandonarse a la pura casualidad; como en el pasado, considerando que las influencias artísticas son superficiales y dejando que el desarrollo de las grandes ciudades quede en poder de la usura financiera”.   Esta frase esta tan vigente hoy como hace más de un siglo.

Debemos aprender de patrones de urbanismo que tenían nuestros antepasados, los incas protegían los valles y construían en los cerros, sabían que el valle les daba el alimento y el cerro los protegía de la violencia de los apus y temblores. Entonces el desafío de cara al 2021 es encontrar nuestro propio camino, de hacer un urbanismo basado en patrones diferentes de asentamiento.

Entonces la política debe de cambiar en cuanto al urbanismo y al uso del suelo, este debe ser planificado, normado a largo plazo y no ser dejado al azar, como la ruta esquiva de la combi. Es una decisión difícil, pues en el congreso dirán mas burocracia, los ultraliberales, seguidores de Milton Friedman dirán es el retorno del Velasquismo, no es ni lo uno ni lo otro, pero no podemos dejar ciudades que vienen desde la época prehispánica, que se desarrollaron durante la colonia y la república en manos de los traficantes de tierras y de la especulación inmobiliaria.

Crear una oficina de planificación para cada región del País es quizás el desafío más grande pues implica el luchar contras muchas ideas preconcebidas, por ejemplo, muchos piensan  que planificar es ser de la ultra izquierda, es el retorno del modelo soviético, bueno en este país necesitamos planificación para desarrollar lo que vamos a hacer en el futuro, cuanto más en un país donde todo está por hacer.

Raul Porras Barnechea decía “de los terremotos, de los alcaldes y de los urbanizadores, líbranos señor”; hablando de los alcaldes, los peruanos tenemos el desafío de tener menos municipios, de agruparlos en grandes zonas, esto pasa por crear una enmienda constitucional, luego a la ley orgánica de municipalidades, y ese cambio se da en el congreso de la república, es imposible por ejemplo manejar una ciudad con 44 reyezuelos como tenemos hoy en día en Lima, reyezuelos que pueden ser reelegidos eternamente y que se quedad liderando la ciudad basados en una red de clientelismo político.

 El distrito de Chorrillos, al sur de Lima es liderado por un alcalde que lleva más de una década gobernando, mirando en un plano la depredación de la zona arqueológica de Armatambo en las laderas del Morro Solar conversaba con un funcionario del Estado para la vivienda y la cultura y le decía, ¿porque tenemos un juicio por ocupación de una empresa de parte de la zona arqueológica, y ninguno por parte de la ocupación informal de esta zona?, el funcionario me dijo, la empresa representa un voto para el alcalde, el asentamiento humano, representa miles de votos, entonces la ley no se aplica de la misma forma para todos, y todo este desorden urbano en Lima y en provincia es el reflejo de este sistema que mantiene a los alcaldes con reelecciones indefinidas, esto también debe de cambiar, para el 2021 debemos tener un municipio central y algunos que  aglomeren las decenas de distritos que tenemos en los conos, El Callao es parte de un solo geográfico llamado Ciudad de Lima, las decisiones de cómo vivimos, como nos movilizamos deben ser tomadas en conjunto, es increíble que en nuestra ciudad en esta conurbación las reglas de juego para el transporte público y privado sean distintos que los de Lima. Debemos entender que no toda ley es buena, y la provincia constitucional del Callao debería tener normas que sean aplicadas homogéneamente en Lima y el Callao.

Tenemos el desafío de densificar la ciudad, somos un país con muchas limitaciones, pero no podemos seguir manteniendo el modelo de una ciudad que se expande como una mancha de petróleo en medio del océano, con densidades tan bajas como la de Los Angeles, probablemente la ciudad perfecta sea la compacta, la ciudad europea, podemos ahorrar millones utilizando o mejorando las redes existentes de servicios que tenemos en la Lima central, entonces el niño no tendrá que tomar agua de una cisterna alejado del casco urbano de la ciudad formal, o el joven ya no tendrá que gastar años de su vida en trasladarse al lugar donde estudia o trabaja.

Ya hemos devorado todo el valle del Rímac, solo nos quedan dos valles el del Chillón y el de Lurín, solo se pueden salvar si es que densificamos la parte central y los alrededores de Lima, entonces será más barato vivir en la ciudad que en la periferia, pero de nuevo es una decisión política, se debe ponerle limite a esta ciudad que se desborda y esto no se puede hacer solo con la zonificación, el dinero y la presión política cambia una zonificación en pocos meses, es necesario contemplar una idea radical que es expropiar toda la periferia agrícola de Lima, y concesionar el uso exclusivo para la agricultura y actividades recreativas, pero de nuevo es decisión política.

Entonces si el urbanismo es política, solo podemos tener cambios físicos en las ciudades si se producen cambios políticos, tan simple como suena, pero tan difícil pues implica una serie de reformas estructurales.

Entonces el bicentenario nos debe llevar a Pisco, es quizás el momento de devolverle a Pisco el lugar que se merece como lugar de entrada de los primeros gritos o pensamientos de independencia del Perú, me imagino a Pisco con este aeropuerto remodelado con la formas curvas y los colores de la Parihuana que inspiró a don José de San Martín en los colores de nuestra bandera. Pisco necesita un saneamiento físico legal, pues no se puede hacer ciudad sin propietarios, que puedan sentir que el suelo y la vivienda en la que viven es suya, Pisco me la imagino con el plan más grande de reubicación de viviendas, colocándolas en áreas donde el suelo sea seguro, todos esos estudios existen, están allí, solo para tomar las decisiones, Pisco tiene junto al mar una gran área verde donde hay humedales, de agua dulce, donde vienen aves de todos los lugares en su largo recorrido en diferentes destinos.

Pisco debe ser ese desafío en el que podamos demostrar que como país podemos cambiar completamente una ciudad, y que se convierta en uno de los lugares de celebración del bicentenario.

Debemos probarnos a nosotros mismos que podemos hacer cambios políticos que se vean expresados en la ciudad. Urbanismo es política, quieres cambiar la ciudad, cambia tu manera de de ver la política. Entonces si los ciudadanos participamos más en la cosa pública, si elegimos bien, si tenemos partidos fuertes entonces recién podemos pensar que se pueden hacer cambio es las ciudades.

¿Hacia dónde crecemos? Es la pregunta que siempre está en el aire, hacia donde debe crecer una ciudad, hacia donde debe crecer Lima, hacia arriba, hacia el sur, hacia el norte; Ebenezer Howard un visionario, hace más de dos siglos diseñó un modelo de ciudad dentro de ellas había un cinturón o muralla verde, esta muralla que existía en la edad media y  hacía que la ciudad se densificara interiormente, esta idea puede ser aterrizada en nuestra realidad, en el último informe de Sir Richard Rogers sobre el estado de las ciudades inglesas, nos dice lo mismo, si no existe una política de limitar el crecimiento de las ciudades en la periferia, el crecimiento de las ciudades sería hipertrófico, como un cáncer, probablemente muchos de los que terminen de leer mis palabras piensan que yo soy socialista, no los soy, pero sí creo en el equilibrio y  la reconstrucción de Alemania, se baso en este enunciado, “Tan poco estado como sea posible y tanto como sea  necesario”, En nuestras ciudades es justo y necesario. Holanda, que no es un país socialista, el suelo de la periferia, no es de propiedad privada, pertenece a la comunidad, por lo tanto la especulación si no se elimina se controla y las expansiones de la ciudades se dirigen o a ganarle terreno al mar o a utilizar áreas realmente eriazas, esto obviamente pasaría en el Perú por crear un nuevo marco legal.

Entonces estaríamos a favor de ciudades más densas, con un uso mejor del suelo, los que critican muchos de los edificios altos no saben que encarecen la vivienda de los más pobres al demandar densidades bajas, mientras más altos sean los edificios, el precio final de las viviendas bajaría, eso desincentivaría el invertir en las afueras de la ciudad, sino en el centro, esto nos ayudaría a poder salvar los valles del Chillón, de Lurín, y en el Caso de Pisco de salvar su zona agrícola y sus humedales.

El otro desafío pendiente es como usamos el suelo. En el Perú el concepto de la modernidad ha sido relativamente loable, el de separar por usos la ciudad, aquí se vive, aquí se juega, aquí se trabaja, pero este concepto llevado al extremo genera tremendos problemas, basta con solo ver los problemas en las mañanas o en las tardes a las horas punta, cuando toda la gente gasta energía en transportarse, tiempo para llegar a su lugar de trabajo, una ciudad sustentable es una mistura de usos, donde el comercio, la vivienda, oficinas estén unidos de manera que este problema se reduciría, mayormente en la emisión de co2, y ya particularmente la gente podría gastar el tiempo que antes tomaba en el auto con su familia, eso es calidad de vida.

Entonces pensar en ciudades con una zonificación mixta, no es una idea descabellada, he vivido años en Barranco y lo que más me encanta de vivir allí es que puedes vivir, hacer tus compras, y hasta trabajar muy cerca, las horas hombre se reducirían si tenemos ciudades en donde comprar estaría a unos cuantos metros o en el mismo edificio donde vives, o donde las oficinas se mezclen con áreas comerciales y áreas de vivienda, entonces trabajas cerca donde vives, entonces el auto pasa a un segundo plano, las viviendas pueden ser muy densas pero si tengo todo cerca, simplemente los ciudadanos terminarán caminando.

Los políticos deciden hasta como nos movemos dentro de una ciudad. La inversión en transporte público debe ser el siguiente desafío, desde el siglo pasado el crecimiento de la ciudad toma parte de la concepción del urbanismo barroco, de abrir enormes avenidas de transito ligero a través de la ciudad, el aumento de los automóviles exigía entonces calles cada vez más anchas que desconsiderablemente fueron trazados a través de barrios residenciales históricos.

Y esto ocurrió el siglo pasado, al abrirse las avenidas Tacna y Abancay se destruyeron importantes monumentos; desde la época moderna, el ideal de los urbanistas ha sido la ciudad que privilegia al automóvil y relega al peatón, este es una de las discusiones que debe plantearse en materia urbana de cara al bicentenario, cuanto más en una sociedad en crecimiento que tiene al auto como un valor o imagen de expresión de su éxito.

Hoy el problema del transporte público en el Perú es que no es público, ¿porque no es público?, simple, los taxis compiten con otros taxis, estos deberían agruparse, ¿entorno a qué?, probablemente deberían estar cerca a las estaciones de los trenes elevados, ¿porque no es publico el transporte?, es privado porque cada combi tiene un dueño diferente que compite por clientes o víctimas, Y esto viene con las reformas económicas realizadas por Fujimori, se despidieron miles, se permitió el ingreso de vehículos usados, se pulverizo el trasporte público; el transporte será publico en el 2021 cuando los municipios con sus empresas municipales asuman este servicio gradualmente, y hasta cierto punto debe ser subvencionado, debe ser tan democrático, que permita que una persona que tiene un trabajo de servicio pueda viajar cómodamente en el mismo medio de transporte con el ejecutivo donde realiza el servicio.

Entonces este transporte debe ser tan rápido que quien tenga auto diga cada mañana antes de ir a trabajar, prefiero ir en el transporte público porque puedo ahorrarme el tiempo y compartir unas horas más en el desayuno con la familia a gastar una hora en el tráfico. Entonces como dijo Mumford Lewis, ensanchar las vías, hacer viaductos no es la solución, es como ampliarle un cinturón a una persona obesa, lo que tenemos que hacer es que esa persona obesa entre a dieta, el desafío al 2021 es que el porcentaje de personas que usan autos se reduzca.

Entonces los desafíos son muchos, me imagino a nuestras grandes ciudades con sistemas de transporte masivo, a Lima con un sistema de transporte intermodal, donde cada ciudadano pueda bajar de la estación e ir a casa en un taxi, o en el auto que dejé aparcado, en bicicleta o a pie. Ciudades conectadas con trenes de cercanías, y reducir la cantidad de accidentes de buses interprovinciales en el país, y las distancias se acortarían. Pero es una decisión política y democrática difícil, pues son decisiones no muy populares.

Hasta ahora el transporte interprovincial desde el formal hasta el informal esta pésimamente ubicado, cada vez que voy al trabajo veo un bus enorme en pleno centro de San Isidro y entonces dices: ¿cómo puede pasar esto?, y lo mismo lo tienes en el centro de Lima cerca a paseo de la república y 28 de Julio, y ni que hablar del conglomerado de empresas de transporte interprovincial que existen en la Av. Javier Prado una de las autopistas más congestionadas de Lima, el desafío esta en tener dos grandes puertas de entrada para Lima Metropolitana con su respectivo terrapuerto,  Yerbateros debe ser cambiado por un terminal en la zona este, y en la zona sur lo mismo, y estos terrapuertos deben estar conectados con transporte público, no menciono el cono norte de la ciudad pues existe un terrapuerto que se ha emplazado cerca a la ubicación del terminal informal de Fiori.
¿Cómo logramos tener Ciudades Verdes o amigables con el entorno?, Tenemos gas natural en Pisco, ya lo tenemos en Lima, ¿podemos contaminar menos nuestras ciudades?, ¿cómo?, con decisiones políticas, si gravamos con más impuestos gradualmente a los derivados del petróleo y bajamos los impuestos del gas, entonces preferirás tener un auto que funcione a gas natural que uno a gasolina.

Actualmente el 8% de cada terreno eriazo que pasa a ser parte de la ciudad se convierte en área verde para parques, pero nadie se ha puesto a pensar de que vivimos en un desierto, nadie se ha puesto a pensar que un árbol absorbe mucho más CO2 que cientos de metros cuadrados de césped, entonces el área verde debe ser medida en función de los arboles que sean sembrados y no en la cantidad de m2 de césped que tenga, hay decenas de árboles que crecen en la costa, ¿porque pensamos que Lima es Biscayne Bay? y a todo le colocamos palmeras que no dan mucha sombra, cuando podemos usar otro tipo de arboles.

Y si hablamos de ecología y de reciclar hay zonas de la ciudad de Lima que ya no tienen el uso para el que fueron diseñadas hace décadas, por ejemplo, la base área de las Palmas se ha vuelto una isla en medio de una ciudad, porque no pensar en que podemos tener un central park en el sur, longitudinal como la pista de aterrizaje, y podemos colocar allí edificios gubernamentales, porque no ubicar allí la sede de algunos de los ministerios, y alrededor de todo el parque tener las viviendas de las personas que laboran en estos ministerios, es una meta larga,  se supone que se está reglamentando la carrera pública, y ser funcionario público debe representar un servicio adecuadamente remunerado al país, entonces tengo empleos, viviendas, comercios y áreas de recreación muy cerca, lo mismo se puede aplicar en Ancón al Norte de la ciudad, y ya está en discusión el expropiar los terrenos del Golf de San Isidro, y por qué no también el de Surco, Bogotá lo hizo con Peñalosa democratizando estos espacios, haciéndolos públicos.

Si bien es cierto por el hecho de que vivimos en un desierto no podemos tener áreas verdes, hoy las técnicas de riego por goteo han avanzado, el uso de aguas negras que pueden ser tratadas para  riego puede convertir muchas de las áreas que hoy se plantean como factibles de ser ampliadas por considerarse eriazas en áreas verdes, y me refiero a arboles, pues basta con solo visitar Chavimochic para ver que es posible convertir arenales en áreas verdes. ¿Cómo creamos un cinturón de área verde?, pues  hay un libre juego de las fuerzas competitivas que en términos de economía de mercado pueden ser saludables y movilizadoras pero que en términos de urbanismos son una catástrofe. Sobre política del suelo se puede actuar de tres maneras: La primera es teniendo una estricta regulación por medio de ordenanzas de zonificación severas (Municipio). La segunda mediante procedimientos fiscales para gravar intensamente los usos indebidos, hasta el punto de hacerlos, no rentables. La tercera es la adquisición del suelo por organismos estatales es decir la socialización del mismo. Creo que la tercera opción es la que va a funcionar.

Como peruanos tenemos algo que ningún país tiene, tenemos solo en Lima 400 sitios arqueológicos que hasta hoy han sido vistos como lugares de encuentro de drogadictos, el lugar donde esconder no una momia sino a un muerto por asesinato, tenemos sitios arqueológicos regados por toda la ciudad, no es una carga, estamos empezando darnos cuentas que la zona arqueológica puede ser un espacio público de encuentro, podemos tener huacas bibliotecas, dispersas por toda la ciudad en los sitios más pobres, con buena arquitectura, entonces para el 2021 podemos celebrar no solo nuestra vida republicana, sino de toda la rica herencia que hemos recibido, imaginan las huacas iluminadas, con ludotecas y bibliotecas, y con espacios donde vivir y celebrar cultura.  Significa terminar con el populismo que hoy permite invadir tierras en la mayor parte zonas arqueológicas, los políticos tienen que hacer las reformas para que quien invada un espacio del Estado, entienda que es parte de bien común por lo tanto debe ser desalojada inmediatamente.

No existe ciudad sin espacio público, y no existe espacio público sin edificios públicos, y no me refiero a edificios llenos de burocracia, en Medellín, modelo de urbanismo social se plantea que en los lugares más pobres la presencia de la alcaldía se haga presente mediante muy buena arquitectura de una biblioteca, de un centro médico, a esto me refiero con un edificio público. Pero en Lima sucede un fenómeno inverso, lo público tiende a limitarse y hemos creado cercos de metal, de concreto, hemos llegado a dividir el espacio hasta donde nos bañamos. Una vez viajando por una ciudad Chilena, un taxista me preguntó por la forma tan firme en que sujetaba mi maletín, yo le dije que tenía temor a que alguien me robe, el taxista me comentó que en Chile los ladrones están detrás de las rejas, siempre reflexiono sobre este tema, quizás en Lima todos los ladrones están en las calles que al final hemos tenido que enrejarnos nosotros.

Equidad, igualdad, libertad, democracia, hay una relación proporcional entre democracia y Ciudad, por ejemplo Holanda, España, son democracias representativas, y a la vez muestran ciudades tan desarrolladas como Ámsterdam y Barcelona, si queremos que nuestras ciudades sean sustentables indefectiblemente pasa por un proceso de democratización, ¿son participativas nuestras democracias realmente?, probablemente no,  los urbanizadores para el programa Techo propio lloran cada vez que hay que dar área verde y hacer mas aportes en materias de educación y salud, el hecho de que una familia sea de menos recursos no significa que deba tener menos áreas verdes o accesos a salud y educación, eso es equidad, esa es una característica de una ciudad democrática.

Pero todos estos sueños, estos anhelos, los de charito, los de muchos ciudadanos están en un cambio en la forma y fondo en que vemos la cosa pública, y depende mucho de nosotros, cuando esto suceda, progresivamente tendremos bancas que estarán más juntas para poder conversar con el vecino o el amigo, tendremos bancas que miren al mar y no al revés, el auto parará para darle prioridad al peatón y no al vehículo, veremos más niños y ancianos en las calles, y les aseguro que tendremos menos delincuencia, entonces veremos gente corriendo por veredas y alamedas anchas hechas para peatones, entonces realmente veremos espacio para aparcamientos de bicicletas repletos, cuando esta persona que llamamos autoridad o alcalde exprese lo que democráticamente dicen y desean sus vecinos.

No hay ciudad sin ciudadanos ni un buen urbanismo sin buenos políticos, este es el principal desafío.

El tema de la ciudad entonces pasa necesariamente por un tema específicamente político, todas las ciudades que hoy son ejemplo de sostenibilidad tienen una característica principal, el alcalde que no solo piensa en su reelección o en utilizar la alcaldía como plataforma para ser elegido presidente, como es el caso peruano, sino un alcalde que piensa en  dejar una ciudad planeada a largo plazo, para sus hijos y nietos; que sería de París sin Haussman, Barcelona sin Bohigas, Guayaquil sin León Febres, si no existe liderazgo político, poco pueden valer los planes urbanos a mediano o largo plazo. Los alcaldes, que son representantes políticos, muchas veces han sido responsables del caos que viven nuestras ciudades, en muchas ciudades la llegada de una nueva administración implica cuando no un cambio en el plan de zonificación, esta irresponsabilidad ha traído consigo el desastre de que hoy vemos en nuestras ciudades.

La prensa acusan del derroche de los alcalde en obras innecesarias, lo que no se han dado cuenta que el problema de la ciudad no es un problema de estética, sino más bien de ética, no existe una cultura cívica, una cultura urbana, con valores, los reglamentos que existen favorecen algunas veces a intereses particulares y en otras veces existen vacíos legales que son aprovechados por la especulación inmobiliaria.

El hecho es que la ciudad debe construirse como dice Aldo Rossi a través del tiempo, el problema fue que muchos urbanistas cuando diseñan piensan mecánicamente en sí mismos, en lo que estéticamente o técnicamente está bien para ellos, se olvidaron en el hecho de que la ciudad existe precisamente para las personas que en ella viven. Ese es el propósito de la ciudad, pues en una ciudad bien diseñada la estrella es el ciudadano común y no al arquitecto fulgurante.

 Y esto no es algo nuevo, un arquitecto cubano, Fernando Salinas en el siglo pasado advertía sobre el riesgo que en aras de la economía, en aras de una técnica se va perdiendo al hombre, él expresaba que “reencontrar al Hombre era la revolución de la arquitectura, Salinas expresa el compromiso vital del Arquitecto por el usuario, olvidado por discursos que ponen la vanidad y la soberbia del profesional por delante de las necesidades del destinatario de su obra.

Lima, no es el reflejo del crecimiento económico como país, en cuanto a calidad de vida estamos más cerca de Puerto Príncipe en Haití que de Santiago de Chile. Entonces los números no mienten, algo va mal con el urbanismo en el Perú.

No esperemos que un desastre llegue a Lima para recién poner en práctica estas ideas y hacer de nuestra ciudad una ciudad sostenible, una ciudad compacta que no crezca hasta cañete, una ciudad donde la zonificación sea mixta, una ciudad con un cinturón de área verde, que cuando uno ingrese a la ciudad desde Ancón o desde Lurín uno pueda entrar por un área verde agradable y no como hoy lo hacemos, una ciudad segura donde dejemos de construir en zonas que son peligrosas en casos de sismos o desbordes, una ciudad bella con proyectos reales de regeneración urbana, una ciudad con un transporte público reestructurado donde ir de Comas a Chorrillos no sea un martirio, una ciudad en la cual se viva y no se sobreviva, una ciudad más humana.

Si la reconstrucción de Pisco va acompañada de esta reconstrucción del Estado que propongo en estas líneas, quizás podamos decir en el 2021, 200 años después de que llegara San Martín a Pisco; sí, ¡somos libres!; libres de todas estas cosas que mencioné en un principio y  que impiden que cada peruano pueda tener la posibilidad de alcanzar sus propias metas y sueños.

El urbanismo es política y es lo más noble, lo más transformador que puede ser; que es encargarse de los temas públicos, entender que el problema del otro, no es su problema sino también es mi problema.

Si el modelo de urbanismo no refleja nuestro éxito económico como país, entonces cambiemos el modelo, ¿porque no pensar en un urbanismo peruano basado en una reforma del estado?, afortunadamente, como ciudadanos tenemos todavía libertad de elegir que camino debemos tomar, continuar a lo largo de la senda que hemos estado siguiendo hasta ahora, en un urbanismo divorciado de la política, a uno en que la política sea parte del mismo; es quizás tiempo para detenernos, reflexionar y cambiar de dirección.



 BIBLIOGRAFIA

Leonardo Benévolo, El Arte y la Ciudad Contemporánea, Editorial Gustavo Gili, Barcelona 1982.
Discurso en Brasilia por el Sr. André Malraux, ministro de Estado para Asuntos Culturales de Francia, 25 de agosto 1959.
Abraham Valdelomar, El Caballero Carmelo, 1918.
Karl Romer, La Realidad Alemana, Editorial Bertecsmann Lexikon Veriag, 1987.
Mumford, Lewis, La Ciudad en la Historia, Editorial Infinito, Buenos Aires, 1967.
Gueddes Patrick; Ciudades en Evolución, Editorial. Infinito, Buenos aires1960.
Chueca Goitia, Breve Historia del Urbanismo. Editorial Alianza Editorial, 2005.
Richard Rogers, Ciudades para un pequeño planeta. Editorial Gustavo Gili.  2013.
¿Cómo transformar la ciudad? Pisco / Medellín: Precedentes de Cambio. Editado por Espacio Expresión. 2010.
Ramón Gutiérrez, Arquitectura Latinoamericana en el siglo XX.
Arroyo Eduardo, Uso social del espacio, Fundación Friedrich Ebert, 1994.
Aldo Rossi, La arquitectura de la ciudad. Editorial Gustavo Gili.  2013.

Nota importante. Las fotos aéreas son de Evelyn Merino.


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