5.21.2011

Matar al mensajero

Trelles pretendió ser sincero y murió en el intento.

El ex ministro Jorge Trelles soltó una de esas frases que, por lamentables, acaban en el selecto club de las más recordadas de la elección. A él le costó el puesto de vocero y a su candidata, quizá, algunos puntos.

“Por eso, por eso, por eso, mira, yo te digo, en todo caso, nosotros matamos menos que los dos gobiernos que nos antecedieron”, fue lo que Trelles le dijo ayer al periodista Beto Ortiz.

La frase es lamentable por donde se la vea pues revela el pensamiento fujimorista y reconoce los crímenes ocurridos durante los noventa. Es lo que el fujimorismo repetía hasta no hace mucho, pero que ahora, por razones estratégicas, silencia.

El comentario de Trelles conlleva, de manera implícita, la aceptación –sin duda, errónea– de que la guerra contra Sendero Luminoso era imposible sin incurrir en muertes extrajudiciales y que, en todo caso, el fujimorismo tuvo ‘menos muertos’ que los gobiernos de Alan García y Fernando Belaunde.

Tan aceptada es esa creencia en el fujimorismo que, incluso, Keiko Fujimori trató al inicio de justificar a Trelles diciendo que “lo que él hace es una reflexión sobre los datos del informe de la CVR, que compara las personas desaparecidas durante los gobiernos de Fernando Belaunde, Alan García y Alberto Fujimori. Lo que señalan las cifras es que hay menos desaparecidos durante el gobierno de Alberto Fujimori”.

Siendo esto último cierto, por el modo en que fue expresado el comentario, tiene connotaciones desastrosas para una agrupación política como Fuerza 2011, que busca limpiarse, aún infructuosamente, del lastre político que significan las violaciones de derechos humanos ocurridas durante el gobierno de su padre, razón por la cual fue condenado a 25 años de prisión.

Aunque luego Keiko Fujimori sí marcó distancia de Trelles, no deja de ser irónico que este fuera retirado del puesto de vocero a través del anuncio de Rafael Rey, cuyo pensamiento sobre derechos humanos es similar al del hoy ex vocero: “Por esa frase infeliz, que se comprende pero que no compartimos y rechazamos, Jorge Trelles deja de ser vocero de Fuerza 2011”.

En una elección, una cosa es lo que se piensa y otra –muy distinta– lo que se dice. Consciente del peligro que implica estar en actitud de sincerarse, el cogollo fujimorista ha decidido guardar en el clóset al que se pase de la raya: como Martha Chávez cuando amenazó al juez César San Martín, Luisa María Cuculiza por su opinión sobre el servicio militar, y Trelles ahora por su exabrupto sobre las muertes en los noventa.

Pero el que no lo quieran decir no implica que ‘el fujimorismo realmente existente’ lo esté pensando y, probablemente, lo quiera sacar a relucir, de la peor manera, si es que vuelven al poder. Así, estos ‘errores’ son nada más que una ‘desinteligencia en acción’.

A. A. RODRICH.

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