Urbanismo
es política. Nada más nada menos, mi profesor de urbanismo en la facultad de
arquitectura de la UNI nunca me lo mencionó, eran los tiempos de la dictadura
de Fujimori, probablemente esto lo conminó a no decirme toda la verdad; en la
escuela de arquitectura todos soñábamos
con tener ciudades bellas, llena de arboles, con amplias veredas, esta era la idea
utópica de ciudad jardín que nos enseñaba la academia, la realidad era otra al
salir del campus de la universidad, tenías que ir como una sardina enlatada, en
esto que se llama combi, gastar tu vida
a través del tiempo que toma llegar a casa y además el de poner tu vida en
peligro hasta llegar a ella. El taller de diseño era el espacio para expresar
todo lo que conocíamos o veíamos, recuerdo que viajamos a Pisco, era 1997 y
diseñamos muchas cosas para Pisco antes del terremoto del 2007; al final del
curso la cátedra decidió darnos la mejor nota y declarar nuestra propuesta de diseño
urbano como la mejor de ese ciclo, las maquetas y planos fueron llevados y
exhibidos en lo que era la antigua municipalidad de Pisco, pero nuestra
propuesta nunca se concretó en ningún proyecto, nunca se hizo realidad.
Recuerdo
en las recomendaciones que hicimos, indicamos que podían haber problemas en las
áreas donde la gente estaba construyendo en aquel entonces y que la napa freática
era muy superficial, pasaron cuatro administraciones de alcaldes y nunca se
aprobó el plan, no hace falta decirles lo que pasó, pues ya por todos es
conocido, el terremoto del 2007 destruyó por completo Pisco y muchas ciudades
del sur chico del País.
Lamentablemente
muchos años después me di cuenta del porque la maqueta nunca se hizo realidad, o
porque los esquemas nunca se desarrollaron, ni los arboles nunca se plantaron.
Doce años después viene una arquitecta y urbanista colombiana a Lima; paisa, como
le dicen a los colombianos nacidos en Medellín, por su trato tan agradable y
por su hablar tan quedo y bello, nos explicaba el porqué la relación entre
urbanismo y política no solo era vital, sino que el urbanismo era política en
sí mismo; yo era parte en esos días de un workshop internacional que buscaba
evaluar el estado de Pisco; y ella seguía repitiendo, “el urbanismo es política”,
mi mente dudaba, pues chocaba con la enseñanza en la academia, pero al final de
toda la exposición, y después de una semana en la ciudad de Pisco pude entender
porque el urbanismo es política.
El
urbanismo es política porque se trata de ciudadanos y de cosas públicas, y
quienes manejan las cosas públicas son los políticos, ellos deciden que se hace
y que no se hace, la vereda no la decide el arquitecto o urbanista, la decide
el político. Recuerdo en la visita después del terremoto a Pisco durante ese
Workshop conocí a una señora que se llamaba Charito, ella vive en Pisco desde
hace 25 años, la escuché atentamente, pues en los últimos años, he decidido
escoger escuchar en vez de hablar, y
entonces decido escuchar, a través de sus palabras se repiten casi las mismas
historias: los peruanos somos desunidos, no tenemos una identidad, la gente
busca satisfacer primero su vientre antes que preocuparse por los demás. En
Pisco desde el año 2007 no se vive, se sobrevive cada día, esta señora me
cuenta como sus hijos trabajan eventualmente para ganarse el pan diario, nadie
hace nada por ellos, nadie quiere hacer nada.
Lo
acontecido en Pisco después del terremoto simplemente no tiene nombre, o quizás
tiene muchos nombres: corrupción, peculado, malversación de fondos y otras
palabras que me sobran para definir lo que vi. Regresé doce años después, la
primera vez llegué a la ciudad de Pisco como estudiante de arquitectura del
taller de urbanismo, vine a soñar; esta segunda vez regresaba como arquitecto,
vine a despertar de todo lo soñado, hasta ahora no sé si lo que más me impacto
fue la destrucción de la ciudad o la destrucción de la moral de casi todo el
pueblo.
Nos
reunimos con las autoridades, cantamos el himno nacional, solo había un medio
de comunicación que se dedicaba a este tema de la reconstrucción de Pisco, ya
habían pasado dos años después del terremoto así que por esos días la prensa
estaba enfocada en temas muy banales, la farándula limeña era más importante
para la prensa que las 50,000 personas afectadas en Pisco, y a veces estas
cosas anecdóticas de la vida te hacen reflexionar en lo que dices y hasta en lo
que cantas, Somos libres. Empiezan las primeras palabras del himno nacional,
habría que preguntarse ¿somos realmente libres?, ¿hemos llegado a alcanzar la
libertad como pueblo o como nación?
Y
entonces en la noches no te queda más que ver las estrellas y reflexionar, de
hacer un poco de memoria, de recordar la historia, San Martín llega a Libertar
al Perú, desembarca justo en la bahía de Pisco, fue el primer suelo del
entonces Virreynato del Perú que pisó, allí nació la primera bandera,
probablemente allí pensó que el Perú no estaba lo suficientemente preparado,
como para ser una democracia, finalmente llega a Lima, Nos independizamos de
España en 1821, se entrevista con Bolívar en Guayaquil, y finalmente le deja
paso al que llegó a ser nuestro primer dictador, don Simón Bolívar, me pregunto
de nuevo, ¿probablemente en Guayaquil se fregó del Perú?, quizás, pues si San Martín no hubiera desistido hoy seriamos una nación diferente, y entonces
conversando con otros amigos, llegamos a la conclusión, ya entrada la madrugada,
que esta forma dictatorial que ha
gobernado al Perú por casi mas de cien años llega con Bolívar, y que ha
continuado hasta llegar a Fujimori es la que hace nuestras ciudades se
encuentren en el estado como hoy las vemos.
Y
esto lo vemos reflejado en el urbanismo, en la misma calle, la plaza en la que
se ubica la estatua de San Martín no existe ningún edificio público, es decir
la estatua del fundador del congreso no está donde debería estar, más bien la
estatua de Simón Bolívar quien disolvió el congreso y fue dictador del Perú, es
la que se erige en la plaza que lleva su nombre y donde se emplaza el edificio
del congreso, entonces hasta las incongruencias en historia de la política peruana
se ven reflejadas en el urbanismo.
Entonces
la frase de urbanismo es política podría ser cierta, y esto no solo se da en el
caso nuestro, podemos mirar un poco a las principales ciudades del mundo, hagamos
memoria, el boulevard parisino, la transformación de París por Haussman, tenía
un propósito político, no se podían combatir en las calles estrechas de la París
medieval, al pueblo, pues la gente con barricadas en cada revuelta en París
terminaban anulando al ejercito del rey, entonces el boulevard que hoy admiramos
fue la solución y el remedio para terminar con las revueltas, el Paris medieval
dio paso al Paris que hoy vemos, fue diseñado para que pase el carruaje, y
marche el ejercito. Era simplemente una decisión política.
Si
bien es cierto el Plan de París de 1870, representó un avance en la política de
saneamiento de una ciudad, las demoliciones que realizo Haussman en París
fueron mal imitadas en otras ciudades europeas y en América, pues muchos de
estos planes quedaron ejecutados parcialmente, las cicatrices las vemos
claramente en la plaza dos de mayo y la plaza Bolognesi, nuestros gobernantes
adoptaron un plan que nos era completamente ajeno.
Nueva
York salpicada de edificios altísimos, son la expresión norteamericana de lo
que es la filosofía de Wall Street, el sacar la máxima rentabilidad al suelo,
es el reflejo de la sociedad emprendedora, del capitalismo salvaje y que se
refleja en la política de uso de suelo, la ganancia llevada hasta lo más alto,
el cielo era el límite.
Brasilia
es la expresión de la búsqueda de descentralizar un país, de ordenar todo, de
zonificar, pero, ¿es Brasilia obra del urbanista Lucio Costa y de Oscar
Niemeyer? o ¿es la obra de su presidente Juscelino Kubitschek.?, probablemente
la segunda opción sea la respuesta, el presidente Kubitschek, fue un mandatario
de orientación socialista, que formó un equipo de profesionales de su misma
tendencia política. Así fue como el grupo de creativos intentó desarrollar un
modelo de ciudad "utópica" donde se pretendía eliminar las clases
sociales, la utopía se convirtió en concreto. André Malraux le da el título de Capital
de la Esperanza, probablemente por esta razón. Fue entonces la decisión
política y no la mano de Oscar Niemeyer quien decidió hacer realidad esta
ciudad para muchos alienante, para otros el ejemplo de la ciudad moderna que
seguía al pie de la letra todos los puntos de la Carta de Atenas de 1933.
Y
para tener ejemplos más cercanos, en tiempo y espacio; la ciudad de Bogotá que
hoy admiramos, ¿no es el resultado de las buenas decisiones que tomaron dos grandes
políticos?, como lo son Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, ¿no es acaso la Medellín
que hoy admiramos el trabajo de Sergio Fajardo y su equipo de 40 personas?, y
si bajamos más al sur, Guayaquil, esta transformación del malecón, de su
infraestructura, es obra de urbanistas peruanos, por supuesto, pero detrás de
ellos estuvo la firme decisión de León Febres Cordero de cambiar Guayaquil,
entonces uno se pregunta ¿porque los arquitectos peruanos pueden hacer
maravillas a tres horas de la frontera norte del país y porque no pueden hacer
lo mismo en su propia patria?, ¿se cumple el verso bíblico de “nadie es profeta
en su propia tierra”?; pues no, simplemente no tenemos una clase política que
pueda llevar adelante y liderar estas reformas.
Entonces
si el urbanismo es política, la fealdad de la ciudad de Lima, la reconstrucción
que nunca se hizo de Pisco, el desorden, que hoy vemos, ¿qué es?, es
simplemente el reflejo de la actitud de nuestros políticos y de nosotros como
sociedad.
Pero
la Lima que hoy vemos, en sus barrios, en sus conjuntos habitacionales son ejemplo de toma de decisiones políticas, y
las vemos a medida que caminamos por ella, el centro de Lima representa la
ubicación del poder político, pero no del poder económico formal, el poder económico
formal está en San Isidro, la Sanhattan del País, como en la típica ciudad
norteamericana, las clases más pudientes se fueron moviendo más al sur, y
dejaron el centro, entonces hoy el centro es de todos y de nadie, de nadie
porque nadie vive allí, el centro de hoy está muy venido a menos, y no por
culpa de las autoridades, es por nuestra culpa, los centros históricos de
ciudades como Cusco y Arequipa tienen ciudadanos, cusqueños y Arequipeños, el
centro histórico de Lima no tiene limeños, tiene migrantes y no lo digo
despectivamente, pues soy hijo de migrantes, pero esa es la realidad, el
sentido de pertenencia no existe, y la memoria colectiva se la llevo el Rímac, el
centro para mi generación no existe como un recuerdo, como parte de las
vivencias de mis padres.
Pero
si camina mas allá de das cuenta de que hubieron otras políticas en la ciudad,
pasas por San Felipe, o por Limatambo, entonces te das cuenta que hay un
urbanismo que en alguna manera pensó que teníamos que planificar la ciudad y
que el Estado tenía un rol importante dentro de este problema de la vivienda, y
estos pedazos de ciudad, fueron desarrollados por un político; ¿quién era el
político que hizo esto?, era Don
Fernando Belaunde Terry, entonces cuando tu conversas con los vecinos de estos
lugares ellos defienden su lugar, lo sienten como suyo, lamentablemente con el
golpe de Estado de Velasco Alvarado esta visión se detiene. El campesino se
vuelve propietario, el militar se hace de Chacarilla.
Salimos
de Limatambo y tomamos el tren de la estación de Angamos, bajamos en Villa El
Salvador, y uno siempre dice: esta es una ciudad pujante y emprendedora, que
nació en un arenal, lugar de María Elena Moyano, de la resistencia al
terrorismo, todo esto es cierto, es verdad; pero la ciudad que vemos es monótona, ¿en qué
época se desarrolló? En la época del gobierno militar, entonces el discurso se
te aclara, si eres militar, piensas como militar, desde los espartanos, la
línea, la falange, el orden es parte de esta manera de entender y vivir el
mundo, entonces tienes una malla un damero en colinas de arena que hoy llamamos
Villa El Salvador. Esa fue la respuesta urbana a la migración. Pero los
migrantes cual persas o bárbaros invadieron Lima cual Roma, la falange
simplemente falló.
Entonces
¿qué falló?, Lima ha tenido planes
directores que nunca se cumplieron, ¿qué paso?, pues simple, ¿cuánto tiempo
tenemos viviendo realmente en democracia?, probablemente muy pocos años, esta
ciudad creció sin orden, y esto es lo que vemos en las políticas que han
aplicado sus alcaldes, para Barrantes la prioridad era el vaso de leche, esa
era su política, para el finado Alberto Andrade era el centro de Lima, el
empezó a tratar de recuperar el centro. En Lima, el tren eléctrico es del
gobierno nacional, el Metropolitano es del municipal, ¿es la superposición de
muchos actores la responsable del fracaso de los planes?; durante la república en
materia de urbanismo hemos tenido muchos músicos, muchos de ellos
solistas, pero ni un solo director de
orquesta, entonces lo que hoy vemos es desorden, no existe alguien que le de
armonía a la ciudad y continuidad a las políticas que se aplican en la misma.
Y
menciono Lima no por centralista sino porque recién hoy las ciudades del
interior del país empiezan a tener crecimiento económico, y empiezan a pasar en
menor escala por el mismo proceso que pasó Lima, pero a pesar de que han pasado
décadas después de la expansión urbana de Lima, aún no tenemos la estructura
política que nos permita ordenar este río económico que está arrasando todas
las huertas de las periferias de las ciudades del interior del país.
Pero
en nuestro país las cosas no han estado ni están en su debido lugar, recuerdo
de nuevo las entrevistas de aquellos días en Pisco, dos años después del
terremoto, el alcalde le echaba la culpa a Forsur, el Forsur al alcalde y al
Gobierno, el gobierno al Forsur, al gobierno regional nadie lo menciona, era
mantequilla en ese juego, el pueblo le echaba la culpa al alcalde, la culpa es
de ellos, la culpa es tuya, la culpa no es mía, ¿la culpa es de nosotros?, para
nada, esa última frase no existe en el lenguaje de los peruanos, al final nadie
es culpable, nadie asume responsabilidades.
De
nuevo regresa la pregunta, ¿somos libres?, probablemente no, no lo somos, todos
somos esclavos directa o indirectamente de la corrupción, de la inercia
premeditada del Estado, de su burocracia, de nuestro propio egoísmo,
lamentablemente el bien común no es importante, nunca ha sido importante en el
país.
En
Pisco conocí a varios estudiantes en este encuentro con algunos pisqueños, los
adolescentes nos dicen que el mejor lugar de Pisco es el muelle, porque mirando
el mar puedes ver cuán insignificantes somos, pero cuan significantes somos a
nosotros mismos, y recuerdas entonces que Valdelomar decía, a la orilla del mar
se piensa siempre, ¿recuerdas?,
Valdelomar también nació en Pisco.
Entonces
al ver que a pesar de la tragedia, hay al menos dos adolescentes que tienen
esperanza; tú dices, hay que reflexionar y hacer algo, y no planteo en estas
líneas una refundación de la república que es el discurso repetitivo de cada
candidato a la presidencia en el Perú de las últimas décadas, planteo que tragedias como la de Pisco debe llevarnos a no
solo reconstruir físicamente a Pisco, sino a darnos cuenta que la realidad
urbana que vemos hoy en Pisco es simplemente el reflejo de la realidad social
del Perú, y que dependerá de cada uno de nosotros para que el Status Quo
cambie.
Necesitamos
cambios ahora, desde invertir mucho más en la educación, de crear mecanismos
para una democracia más participativa, y estamos hablando de hasta la
renovación por tercios del congreso, de que existan jurados aparte de jueces,
pues es más fácil corromper a uno que a doce personas, hablamos de una reforma
del Estado, y también de los partidos políticos y de una lucha para liberarnos
de la corrupción en todos los niveles. ¿Y cómo se relaciona todo esto con el
urbanismo?; pongo un ejemplo, todas las infracciones en materia de urbanismo que
se han dado en el distrito más pequeño y más conflictivo del país, esto es,
Barranco; se han dado porque se ha judicializado el crecimiento de nuestras
ciudades, entonces si eres propietario y deseas construir lo que quieras, así
la municipalidad tenga un plan de ordenamiento territorial, o plan maestro, tu
puedes ir ante un juez y pedirle que te dé el derecho de edificar, Santa Rosa
de Lima hecha papel hace el milagro. Entonces la reforma política del Estado es
vital para hablar de un cambio de nuestra realidad urbana.
Pero
no todo es malo, los hijos de los migrantes, los mismos limeños, a pesar de los
malos políticos, a pesar del terrorismo, a pesar de la crisis económica, pues
hemos salido adelante, entonces vemos milagros económicos como el del cono
norte de Lima, o siguiendo la línea del tren, tenemos clusters de industria de
ropa como Gamarra, o de muebles, como el parque Industrial de Villa El salvador,
entonces te das cuenta de que la Lima de hoy no es como pudiera haber dicho
Valdelomar, el Jirón de La Unión, ni el Palais Concert, hay muchas Limas, y tiene varios centros económicos, que la
formalidad ha ido encontrando o más bien persiguiendo a la informalidad,
entonces encuentras a los centros comerciales emplazándose en los lugares en
los cuales una parte de los limeños ni imaginábamos que iba a funcionar un
servicio así.
Entonces
Lima como capital se ha convertido en una ciudad policéntrica pero lo ha hecho
de una manera no planificada, la vitalidad urbana que vemos en los conos de la
ciudad, no han sido propuestos por la autoridad municipal, no han sido ni
diseñados, han sido estudios de mercado realizados por empresas privadas las
que han permitido esta ubicación de varios centros comerciales en la ciudad, la
tarea pendiente en la planificación de las ciudades de cara al bicentenario es
tomar en cuenta al ciudadano, de todas las clases y letras, como un agentes de
cambio y esto le competente a las autoridades, pues ellos terminan finalmente diseñando
estos entornos.
Pero
este modelo de Lima con varios centros
en la mayoría comerciales; ¿funciona?; Lima lamentablemente ha adoptado este
modelo norteamericano de desarrollo de ciudad, Richard Rogers, un arquitecto inglés, alguna
vez dió una charla en Facultad de Arquitectura de la universidad Nacional de
Ingeniería, El mencionó que el modelo de
crecimiento urbano de las ciudades norteamericanas no es sustentable; en la
ciudad existe una dinámica donde juegan muchos factores, económicos, políticos,
sociales o simplemente de moda. Lo que fueron residencias y palacios se
transforman en oficinas o degeneran y se degradan hasta ser barrios humildes donde los nuevos
ocupantes se sienten inadaptados e incapaces de sostener las estructuras antiguas;
este fenómeno se ha dado en el centro de Lima, que ha pasado de ser lugar de
residencia de las clases privilegiadas para convertirse en un mercado ferial
provinciano. En general, las clases
sociales han ido siempre en busca de los emplazamientos mas reservados y
exclusivos, donde estuvieran menos sujetas a las incomodidades de una urbe
agitada y socialmente mezclada.
En
Lima primer emigraron extramuros en lo que hoy es El paseo Colon, luego fue
hacia la Av. Salaverry, Jesús Maria y Santa Beatriz, luego Chorrillos, Barranco
y Miraflores, posteriormente hacia Monterrico, Surco y la Molina. Pues cuando
estos emplazamientos han dejado de ser tranquilos y exclusivos porque la ciudad
los ha absorbido, los han vuelto a abandonar emigrando más lejos. Pero si
reflexionamos sobre este modelo norteamericano de urbanismo, la plaza, el
parque en Los conos ha sido reemplazado por el patio de comidas, el mall, el
centro comercial, y esto se está replicando en las grandes ciudades del país,
la reflexión que debemos hacer ¿es este urbanismo de típica ciudad de suburbio norteamericano
el que debemos adoptar?, o debemos plantear un urbanismo adecuado a nuestra
realidad.
Todos
creemos que el libre mercado es la única manera de sacar al país de la pobreza
y del subdesarrollo, pero tenemos un problema, tenemos un nivel de informalidad
enorme que tiene que ser encausado, necesitamos planificar, nuestros padres
construyeron con sus propias manos sus viviendas, sembraron sus árboles, pero
esto se dio en un momento en el que el país se desbordaba, pero hoy con los
recursos que tenemos necesitamos retomar la planificación de las ciudades del país,
hay ciudades como Huamanga, Jauja, Cusco, Arequipa, Trujillo que pueden pasar
por el mismo proceso que ha pasado Lima hace décadas, los centros comerciales
ya están apareciendo, el patio de comidas se lleva la vida del centro y lo deja
desierto, las periferias, las campiñas como la de Arequipa se empiezan a
lotizar con lotes enormes como si tuviéramos tanta tierra como los Norteamericanos
en Los Ángeles. En el año de 1900 Otto Wagner (1841-1918) declaró “La expansión
de las ciudades no puede ya abandonarse a la pura casualidad; como en el
pasado, considerando que las influencias artísticas son superficiales y dejando
que el desarrollo de las grandes ciudades quede en poder de la usura financiera”. Esta
frase esta tan vigente hoy como hace más de un siglo.
Debemos
aprender de patrones de urbanismo que tenían nuestros antepasados, los incas
protegían los valles y construían en los cerros, sabían que el valle les daba
el alimento y el cerro los protegía de la violencia de los apus y temblores.
Entonces el desafío de cara al 2021 es encontrar nuestro propio camino, de
hacer un urbanismo basado en patrones diferentes de asentamiento.
Entonces
la política debe de cambiar en cuanto al urbanismo y al uso del suelo, este
debe ser planificado, normado a largo plazo y no ser dejado al azar, como la
ruta esquiva de la combi. Es una decisión difícil, pues en el congreso dirán
mas burocracia, los ultraliberales, seguidores de Milton Friedman dirán es el
retorno del Velasquismo, no es ni lo uno ni lo otro, pero no podemos dejar
ciudades que vienen desde la época prehispánica, que se desarrollaron durante
la colonia y la república en manos de los traficantes de tierras y de la
especulación inmobiliaria.
Crear
una oficina de planificación para cada región del País es quizás el desafío más
grande pues implica el luchar contras muchas ideas preconcebidas, por ejemplo,
muchos piensan que planificar es ser de
la ultra izquierda, es el retorno del modelo soviético, bueno en este país
necesitamos planificación para desarrollar lo que vamos a hacer en el futuro,
cuanto más en un país donde todo está por hacer.
Raul
Porras Barnechea decía “de los terremotos, de los alcaldes y de los
urbanizadores, líbranos señor”; hablando de los alcaldes, los peruanos tenemos
el desafío de tener menos municipios, de agruparlos en grandes zonas, esto pasa
por crear una enmienda constitucional, luego a la ley orgánica de
municipalidades, y ese cambio se da en el congreso de la república, es
imposible por ejemplo manejar una ciudad con 44 reyezuelos como tenemos hoy en
día en Lima, reyezuelos que pueden ser reelegidos eternamente y que se quedad
liderando la ciudad basados en una red de clientelismo político.
El distrito de Chorrillos, al sur de Lima es
liderado por un alcalde que lleva más de una década gobernando, mirando en un
plano la depredación de la zona arqueológica de Armatambo en las laderas del
Morro Solar conversaba con un funcionario del Estado para la vivienda y la
cultura y le decía, ¿porque tenemos un juicio por ocupación de una empresa de
parte de la zona arqueológica, y ninguno por parte de la ocupación informal de
esta zona?, el funcionario me dijo, la empresa representa un voto para el
alcalde, el asentamiento humano, representa miles de votos, entonces la ley no
se aplica de la misma forma para todos, y todo este desorden urbano en Lima y
en provincia es el reflejo de este sistema que mantiene a los alcaldes con
reelecciones indefinidas, esto también debe de cambiar, para el 2021 debemos
tener un municipio central y algunos que
aglomeren las decenas de distritos que tenemos en los conos, El Callao
es parte de un solo geográfico llamado Ciudad de Lima, las decisiones de cómo
vivimos, como nos movilizamos deben ser tomadas en conjunto, es increíble que
en nuestra ciudad en esta conurbación las reglas de juego para el transporte
público y privado sean distintos que los de Lima. Debemos entender que no toda
ley es buena, y la provincia constitucional del Callao debería tener normas que
sean aplicadas homogéneamente en Lima y el Callao.
Tenemos
el desafío de densificar la ciudad, somos un país con muchas limitaciones, pero
no podemos seguir manteniendo el modelo de una ciudad que se expande como una
mancha de petróleo en medio del océano, con densidades tan bajas como la de Los
Angeles, probablemente la ciudad perfecta sea la compacta, la ciudad europea,
podemos ahorrar millones utilizando o mejorando las redes existentes de
servicios que tenemos en la Lima central, entonces el niño no tendrá que tomar
agua de una cisterna alejado del casco urbano de la ciudad formal, o el joven
ya no tendrá que gastar años de su vida en trasladarse al lugar donde estudia o
trabaja.
Ya
hemos devorado todo el valle del Rímac, solo nos quedan dos valles el del
Chillón y el de Lurín, solo se pueden salvar si es que densificamos la parte
central y los alrededores de Lima, entonces será más barato vivir en la ciudad
que en la periferia, pero de nuevo es una decisión política, se debe ponerle
limite a esta ciudad que se desborda y esto no se puede hacer solo con la
zonificación, el dinero y la presión política cambia una zonificación en pocos
meses, es necesario contemplar una idea radical que es expropiar toda la
periferia agrícola de Lima, y concesionar el uso exclusivo para la agricultura
y actividades recreativas, pero de nuevo es decisión política.
Entonces
si el urbanismo es política, solo podemos tener cambios físicos en las ciudades
si se producen cambios políticos, tan simple como suena, pero tan difícil pues
implica una serie de reformas estructurales.
Entonces
el bicentenario nos debe llevar a Pisco, es quizás el momento de devolverle a Pisco
el lugar que se merece como lugar de entrada de los primeros gritos o
pensamientos de independencia del Perú, me imagino a Pisco con este aeropuerto
remodelado con la formas curvas y los colores de la Parihuana que inspiró a don
José de San Martín en los colores de nuestra bandera. Pisco necesita un
saneamiento físico legal, pues no se puede hacer ciudad sin propietarios, que
puedan sentir que el suelo y la vivienda en la que viven es suya, Pisco me la
imagino con el plan más grande de reubicación de viviendas, colocándolas en
áreas donde el suelo sea seguro, todos esos estudios existen, están allí, solo
para tomar las decisiones, Pisco tiene junto al mar una gran área verde donde
hay humedales, de agua dulce, donde vienen aves de todos los lugares en su largo
recorrido en diferentes destinos.
Pisco
debe ser ese desafío en el que podamos demostrar que como país podemos cambiar
completamente una ciudad, y que se convierta en uno de los lugares de
celebración del bicentenario.
Debemos
probarnos a nosotros mismos que podemos hacer cambios políticos que se vean
expresados en la ciudad. Urbanismo es política, quieres cambiar la ciudad,
cambia tu manera de de ver la política. Entonces si los ciudadanos participamos
más en la cosa pública, si elegimos bien, si tenemos partidos fuertes entonces
recién podemos pensar que se pueden hacer cambio es las ciudades.
¿Hacia
dónde crecemos? Es la pregunta que siempre está en el aire, hacia donde debe
crecer una ciudad, hacia donde debe crecer Lima, hacia arriba, hacia el sur, hacia
el norte; Ebenezer Howard un visionario, hace más de dos siglos diseñó un
modelo de ciudad dentro de ellas había un cinturón o muralla verde, esta
muralla que existía en la edad media y
hacía que la ciudad se densificara interiormente, esta idea puede ser
aterrizada en nuestra realidad, en el último informe de Sir Richard Rogers sobre
el estado de las ciudades inglesas, nos dice lo mismo, si no existe una
política de limitar el crecimiento de las ciudades en la periferia, el crecimiento
de las ciudades sería hipertrófico, como un cáncer, probablemente muchos de los
que terminen de leer mis palabras piensan que yo soy socialista, no los soy,
pero sí creo en el equilibrio y la reconstrucción
de Alemania, se baso en este enunciado, “Tan poco estado como sea posible y
tanto como sea necesario”, En nuestras
ciudades es justo y necesario. Holanda, que no es un país socialista, el suelo
de la periferia, no es de propiedad privada, pertenece a la comunidad, por lo
tanto la especulación si no se elimina se controla y las expansiones de la
ciudades se dirigen o a ganarle terreno al mar o a utilizar áreas realmente
eriazas, esto obviamente pasaría en el Perú por crear un nuevo marco legal.
Entonces
estaríamos a favor de ciudades más densas, con un uso mejor del suelo, los que
critican muchos de los edificios altos no saben que encarecen la vivienda de
los más pobres al demandar densidades bajas, mientras más altos sean los
edificios, el precio final de las viviendas bajaría, eso desincentivaría el
invertir en las afueras de la ciudad, sino en el centro, esto nos ayudaría a
poder salvar los valles del Chillón, de Lurín, y en el Caso de Pisco de salvar
su zona agrícola y sus humedales.
El
otro desafío pendiente es como usamos el suelo. En el Perú el concepto de la
modernidad ha sido relativamente loable, el de separar por usos la ciudad, aquí
se vive, aquí se juega, aquí se trabaja, pero este concepto llevado al extremo
genera tremendos problemas, basta con solo ver los problemas en las mañanas o en
las tardes a las horas punta, cuando toda la gente gasta energía en
transportarse, tiempo para llegar a su lugar de trabajo, una ciudad sustentable
es una mistura de usos, donde el comercio, la vivienda, oficinas estén unidos
de manera que este problema se reduciría, mayormente en la emisión de co2, y ya
particularmente la gente podría gastar el tiempo que antes tomaba en el auto
con su familia, eso es calidad de vida.
Entonces
pensar en ciudades con una zonificación mixta, no es una idea descabellada, he
vivido años en Barranco y lo que más me encanta de vivir allí es que puedes
vivir, hacer tus compras, y hasta trabajar muy cerca, las horas hombre se
reducirían si tenemos ciudades en donde comprar estaría a unos cuantos metros o
en el mismo edificio donde vives, o donde las oficinas se mezclen con áreas
comerciales y áreas de vivienda, entonces trabajas cerca donde vives, entonces
el auto pasa a un segundo plano, las viviendas pueden ser muy densas pero si
tengo todo cerca, simplemente los ciudadanos terminarán caminando.
Los
políticos deciden hasta como nos movemos dentro de una ciudad. La inversión en
transporte público debe ser el siguiente desafío, desde el siglo pasado el
crecimiento de la ciudad toma parte de la concepción del urbanismo barroco, de
abrir enormes avenidas de transito ligero a través de la ciudad, el aumento de
los automóviles exigía entonces calles cada vez más anchas que
desconsiderablemente fueron trazados a través de barrios residenciales
históricos.
Y
esto ocurrió el siglo pasado, al abrirse las avenidas Tacna y Abancay se
destruyeron importantes monumentos; desde la época moderna, el ideal de los
urbanistas ha sido la ciudad que privilegia al automóvil y relega al peatón,
este es una de las discusiones que debe plantearse en materia urbana de cara al
bicentenario, cuanto más en una sociedad en crecimiento que tiene al auto como
un valor o imagen de expresión de su éxito.
Hoy
el problema del transporte público en el Perú es que no es público, ¿porque no
es público?, simple, los taxis compiten con otros taxis, estos deberían
agruparse, ¿entorno a qué?, probablemente deberían estar cerca a las estaciones
de los trenes elevados, ¿porque no es publico el transporte?, es privado porque
cada combi tiene un dueño diferente que compite por clientes o víctimas, Y esto
viene con las reformas económicas realizadas por Fujimori, se despidieron
miles, se permitió el ingreso de vehículos usados, se pulverizo el trasporte
público; el transporte será publico en el 2021 cuando los municipios con sus
empresas municipales asuman este servicio gradualmente, y hasta cierto punto
debe ser subvencionado, debe ser tan democrático, que permita que una persona
que tiene un trabajo de servicio pueda viajar cómodamente en el mismo medio de
transporte con el ejecutivo donde realiza el servicio.
Entonces
este transporte debe ser tan rápido que quien tenga auto diga cada mañana antes
de ir a trabajar, prefiero ir en el transporte público porque puedo ahorrarme
el tiempo y compartir unas horas más en el desayuno con la familia a gastar una
hora en el tráfico. Entonces como dijo Mumford Lewis, ensanchar las vías, hacer
viaductos no es la solución, es como ampliarle un cinturón a una persona obesa,
lo que tenemos que hacer es que esa persona obesa entre a dieta, el desafío al
2021 es que el porcentaje de personas que usan autos se reduzca.
Entonces
los desafíos son muchos, me imagino a nuestras grandes ciudades con sistemas de
transporte masivo, a Lima con un sistema de transporte intermodal, donde cada
ciudadano pueda bajar de la estación e ir a casa en un taxi, o en el auto que
dejé aparcado, en bicicleta o a pie. Ciudades conectadas con trenes de cercanías,
y reducir la cantidad de accidentes de buses interprovinciales en el país, y
las distancias se acortarían. Pero es una decisión política y democrática
difícil, pues son decisiones no muy populares.
Hasta
ahora el transporte interprovincial desde el formal hasta el informal esta pésimamente ubicado, cada vez que voy al trabajo veo un bus enorme en pleno
centro de San Isidro y entonces dices: ¿cómo puede pasar esto?, y lo mismo lo
tienes en el centro de Lima cerca a paseo de la república y 28 de Julio, y ni
que hablar del conglomerado de empresas de transporte interprovincial que
existen en la Av. Javier Prado una de las autopistas más congestionadas de Lima,
el desafío esta en tener dos grandes puertas de entrada para Lima Metropolitana
con su respectivo terrapuerto,
Yerbateros debe ser cambiado por un terminal en la zona este, y en la
zona sur lo mismo, y estos terrapuertos deben estar conectados con transporte
público, no menciono el cono norte de la ciudad pues existe un terrapuerto que
se ha emplazado cerca a la ubicación del terminal informal de Fiori.
¿Cómo
logramos tener Ciudades Verdes o amigables con el entorno?, Tenemos gas natural
en Pisco, ya lo tenemos en Lima, ¿podemos contaminar menos nuestras ciudades?, ¿cómo?,
con decisiones políticas, si gravamos con más impuestos gradualmente a los
derivados del petróleo y bajamos los impuestos del gas, entonces preferirás
tener un auto que funcione a gas natural que uno a gasolina.
Actualmente
el 8% de cada terreno eriazo que pasa a ser parte de la ciudad se convierte en área
verde para parques, pero nadie se ha puesto a pensar de que vivimos en un
desierto, nadie se ha puesto a pensar que un árbol absorbe mucho más CO2 que
cientos de metros cuadrados de césped, entonces el área verde debe ser medida
en función de los arboles que sean sembrados y no en la cantidad de m2 de
césped que tenga, hay decenas de árboles que crecen en la costa, ¿porque pensamos
que Lima es Biscayne Bay? y a todo le colocamos palmeras que no dan mucha
sombra, cuando podemos usar otro tipo de arboles.
Y si
hablamos de ecología y de reciclar hay zonas de la ciudad de Lima que ya no
tienen el uso para el que fueron diseñadas hace décadas, por ejemplo, la base área
de las Palmas se ha vuelto una isla en medio de una ciudad, porque no pensar en
que podemos tener un central park en el sur, longitudinal como la pista de
aterrizaje, y podemos colocar allí edificios gubernamentales, porque no ubicar
allí la sede de algunos de los ministerios, y alrededor de todo el parque tener
las viviendas de las personas que laboran en estos ministerios, es una meta
larga, se supone que se está
reglamentando la carrera pública, y ser funcionario público debe representar un
servicio adecuadamente remunerado al país, entonces tengo empleos, viviendas,
comercios y áreas de recreación muy cerca, lo mismo se puede aplicar en Ancón
al Norte de la ciudad, y ya está en discusión el expropiar los terrenos del
Golf de San Isidro, y por qué no también el de Surco, Bogotá lo hizo con
Peñalosa democratizando estos espacios, haciéndolos públicos.
Si
bien es cierto por el hecho de que vivimos en un desierto no podemos tener
áreas verdes, hoy las técnicas de riego por goteo han avanzado, el uso de aguas
negras que pueden ser tratadas para riego puede convertir muchas de las áreas que
hoy se plantean como factibles de ser ampliadas por considerarse eriazas en
áreas verdes, y me refiero a arboles, pues basta con solo visitar Chavimochic
para ver que es posible convertir arenales en áreas verdes. ¿Cómo creamos un
cinturón de área verde?, pues hay un
libre juego de las fuerzas competitivas que en términos de economía de mercado
pueden ser saludables y movilizadoras pero que en términos de urbanismos son
una catástrofe. Sobre política del suelo se puede actuar de tres maneras: La
primera es teniendo una estricta regulación por medio de ordenanzas de
zonificación severas (Municipio). La segunda mediante procedimientos fiscales
para gravar intensamente los usos indebidos, hasta el punto de hacerlos, no
rentables. La tercera es la adquisición del suelo por organismos estatales es
decir la socialización del mismo. Creo que la tercera opción es la que va a
funcionar.
Como
peruanos tenemos algo que ningún país tiene, tenemos solo en Lima 400 sitios
arqueológicos que hasta hoy han sido vistos como lugares de encuentro de drogadictos,
el lugar donde esconder no una momia sino a un muerto por asesinato, tenemos
sitios arqueológicos regados por toda la ciudad, no es una carga, estamos
empezando darnos cuentas que la zona arqueológica puede ser un espacio público
de encuentro, podemos tener huacas bibliotecas, dispersas por toda la ciudad en
los sitios más pobres, con buena arquitectura, entonces para el 2021 podemos
celebrar no solo nuestra vida republicana, sino de toda la rica herencia que
hemos recibido, imaginan las huacas iluminadas, con ludotecas y bibliotecas, y
con espacios donde vivir y celebrar cultura. Significa terminar con el populismo que hoy
permite invadir tierras en la mayor parte zonas arqueológicas, los políticos
tienen que hacer las reformas para que quien invada un espacio del Estado,
entienda que es parte de bien común por lo tanto debe ser desalojada
inmediatamente.
No
existe ciudad sin espacio público, y no existe espacio público sin edificios
públicos, y no me refiero a edificios llenos de burocracia, en Medellín, modelo
de urbanismo social se plantea que en los lugares más pobres la presencia de la
alcaldía se haga presente mediante muy buena arquitectura de una biblioteca, de
un centro médico, a esto me refiero con un edificio público. Pero en Lima
sucede un fenómeno inverso, lo público tiende a limitarse y hemos creado cercos
de metal, de concreto, hemos llegado a dividir el espacio hasta donde nos
bañamos. Una vez viajando por una ciudad Chilena, un taxista me preguntó por la
forma tan firme en que sujetaba mi maletín, yo le dije que tenía temor a que
alguien me robe, el taxista me comentó que en Chile los ladrones están detrás
de las rejas, siempre reflexiono sobre este tema, quizás en Lima todos los
ladrones están en las calles que al final hemos tenido que enrejarnos nosotros.
Equidad,
igualdad, libertad, democracia, hay una relación proporcional entre democracia
y Ciudad, por ejemplo Holanda, España, son democracias representativas, y a la
vez muestran ciudades tan desarrolladas como Ámsterdam y Barcelona, si queremos
que nuestras ciudades sean sustentables indefectiblemente pasa por un proceso
de democratización, ¿son participativas nuestras democracias realmente?,
probablemente no, los urbanizadores para
el programa Techo propio lloran cada vez que hay que dar área verde y hacer mas
aportes en materias de educación y salud, el hecho de que una familia sea de
menos recursos no significa que deba tener menos áreas verdes o accesos a salud
y educación, eso es equidad, esa es una característica de una ciudad democrática.
Pero
todos estos sueños, estos anhelos, los de charito, los de muchos ciudadanos están
en un cambio en la forma y fondo en que vemos la cosa pública, y depende mucho
de nosotros, cuando esto suceda, progresivamente tendremos bancas que estarán
más juntas para poder conversar con el vecino o el amigo, tendremos bancas que
miren al mar y no al revés, el auto parará para darle prioridad al peatón y no
al vehículo, veremos más niños y ancianos en las calles, y les aseguro que
tendremos menos delincuencia, entonces veremos gente corriendo por veredas y
alamedas anchas hechas para peatones, entonces realmente veremos espacio para
aparcamientos de bicicletas repletos, cuando esta persona que llamamos
autoridad o alcalde exprese lo que democráticamente dicen y desean sus vecinos.
No
hay ciudad sin ciudadanos ni un buen urbanismo sin buenos políticos, este es el
principal desafío.
El
tema de la ciudad entonces pasa necesariamente por un tema específicamente
político, todas las ciudades que hoy son ejemplo de sostenibilidad tienen una característica
principal, el alcalde que no solo piensa en su reelección o en utilizar la
alcaldía como plataforma para ser elegido presidente, como es el caso peruano,
sino un alcalde que piensa en dejar una
ciudad planeada a largo plazo, para sus hijos y nietos; que sería de París sin
Haussman, Barcelona sin Bohigas, Guayaquil sin León Febres, si no existe
liderazgo político, poco pueden valer los planes urbanos a mediano o largo
plazo. Los alcaldes, que son representantes políticos, muchas veces han sido
responsables del caos que viven nuestras ciudades, en muchas ciudades la
llegada de una nueva administración implica cuando no un cambio en el plan de
zonificación, esta irresponsabilidad ha traído consigo el desastre de que hoy
vemos en nuestras ciudades.
La
prensa acusan del derroche de los alcalde en obras innecesarias, lo que no se
han dado cuenta que el problema de la ciudad no es un problema de estética,
sino más bien de ética, no existe una cultura cívica, una cultura urbana, con
valores, los reglamentos que existen favorecen algunas veces a intereses
particulares y en otras veces existen vacíos legales que son aprovechados por
la especulación inmobiliaria.
El
hecho es que la ciudad debe construirse como dice Aldo Rossi a través del
tiempo, el problema fue que muchos urbanistas cuando diseñan piensan
mecánicamente en sí mismos, en lo que estéticamente o técnicamente está bien
para ellos, se olvidaron en el hecho de que la ciudad existe precisamente para
las personas que en ella viven. Ese es el propósito de la ciudad, pues en una
ciudad bien diseñada la estrella es el ciudadano común y no al arquitecto
fulgurante.
Y esto no es algo nuevo, un arquitecto cubano,
Fernando Salinas en el siglo pasado advertía sobre el riesgo que en aras de la
economía, en aras de una técnica se va perdiendo al hombre, él expresaba que
“reencontrar al Hombre era la revolución de la arquitectura, Salinas expresa el
compromiso vital del Arquitecto por el usuario, olvidado por discursos que
ponen la vanidad y la soberbia del profesional por delante de las necesidades
del destinatario de su obra.
Lima,
no es el reflejo del crecimiento económico como país, en cuanto a calidad de
vida estamos más cerca de Puerto Príncipe en Haití que de Santiago de Chile. Entonces
los números no mienten, algo va mal con el urbanismo en el Perú.
No
esperemos que un desastre llegue a Lima para recién poner en práctica estas
ideas y hacer de nuestra ciudad una ciudad sostenible, una ciudad compacta que
no crezca hasta cañete, una ciudad donde la zonificación sea mixta, una ciudad
con un cinturón de área verde, que cuando uno ingrese a la ciudad desde Ancón o
desde Lurín uno pueda entrar por un área verde agradable y no como hoy lo hacemos,
una ciudad segura donde dejemos de construir en zonas que son peligrosas en
casos de sismos o desbordes, una ciudad bella con proyectos reales de
regeneración urbana, una ciudad con un transporte público reestructurado donde
ir de Comas a Chorrillos no sea un martirio, una ciudad en la cual se viva y no
se sobreviva, una ciudad más humana.
Si
la reconstrucción de Pisco va acompañada de esta reconstrucción del Estado que propongo
en estas líneas, quizás podamos decir en el 2021, 200 años después de que
llegara San Martín a Pisco; sí, ¡somos libres!; libres de todas estas cosas que
mencioné en un principio y que impiden
que cada peruano pueda tener la posibilidad de alcanzar sus propias metas y
sueños.
El
urbanismo es política y es lo más noble, lo más transformador que puede ser;
que es encargarse de los temas públicos, entender que el problema del otro, no
es su problema sino también es mi problema.
Si el modelo de urbanismo no refleja nuestro
éxito económico como país, entonces cambiemos el modelo, ¿porque no pensar en
un urbanismo peruano basado en una reforma del estado?, afortunadamente, como
ciudadanos tenemos todavía libertad de elegir que camino debemos tomar,
continuar a lo largo de la senda que hemos estado siguiendo
hasta ahora, en un urbanismo divorciado de la política, a uno en que la
política sea parte del mismo; es quizás
tiempo para detenernos, reflexionar y
cambiar de dirección.
BIBLIOGRAFIA
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Arte y la Ciudad
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Discurso en Brasilia por el Sr. André Malraux, ministro
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Gueddes Patrick; Ciudades en Evolución, Editorial.
Infinito, Buenos aires1960.
Chueca Goitia, Breve Historia del Urbanismo. Editorial
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Editorial Gustavo Gili. 2013.
¿Cómo transformar la ciudad? Pisco / Medellín:
Precedentes de Cambio. Editado por Espacio Expresión. 2010.
Ramón Gutiérrez, Arquitectura Latinoamericana en el siglo
XX.
Arroyo Eduardo, Uso social del espacio, Fundación
Friedrich Ebert, 1994.
Aldo Rossi, La arquitectura de la ciudad. Editorial
Gustavo Gili. 2013.
Nota importante. Las fotos aéreas son de Evelyn Merino.