Tomado de Plataforma Arquitectura.
Hace un tiempo atrás, sostuve una distendida conversación con Enrique Peñalosa, ex-Alcalde de Bogotá y uno de los principales gestores del sistema de buses rápidos TransMilenio. Peñalosa es un tipo carismático, de una gran labia y una vasta trayectoria en el ámbito de las políticas urbanas. Enrique Peñalosa ha trabajado en distintas ciudades del mundo, es un conocedor de las experiencias en transporte en América Latina, y cuando se le pregunta por Chile no deja de dar su opinión informada. Para todos los que piensan que Transantiago representa lo peor del Chile reciente, esta entrevista más que hundir el dedo en la llaga, busca abrir el debate sobre temas de fondo, ésto es, inversiones en transporte público v/s transporte privado, subsidios al sistema de buses, nacionalización del transporte y otros más. Con Peñalosa hablamos también de visión de ciudad y de cómo hacer urbes a gusto de las personas. La entrevista completa después del salto.
Enrique Peñalosa fue Alcalde de la ciudad de Bogotá en el periodo 1998-2000. Bajo su administración se impulsaron importantes reformas urbanas, entre ellas, el sistema de buses rápidos TransMilenio basado en el sistema de Curitiba, Brasil. Desde su gestión, el sistema de Bogotá ha sido tomado como ejemplo en muchas ciudades del mundo. Actualmente Enrique Peñalosa es miembro del partido verde de Colombia y es invitado frecuentemente a exponer a lo largo del mundo sobre políticas progresistas en temas de transporte público entre otros.
Para Peñalosa, un asiduo expositor en ponencias internacionales, mientras más ciudades y lugares recorres, más te vas dando cuenta que los problemas y las personas en los distintos países son más parecidas de lo que usualmente se piensa. La siguiente es una entrevista realizada en el contexto de las conferencias Urban Age. Dicho eso, parte de la entrevista hace referencia al impacto que tienen éstas en las políticas públicas de las ciudades que las acogen. El resto de la entrevista se enfoca en temas de transporte y políticas urbanas en Chile. En Palabras de Peñalosa, “obviamente, mientras más ricos –son los países – los problemas se van diferenciando, por ejemplo Chile. En Chile ocurrió algo muy curioso, y es que el Estado de Chile promovió la expansión de Santiago, la expansión y la sub urbanización, cuando eso ya era claro que era un gran error.”
Javier Vergara Petrescu (JVP): Considerando que has tenido la oportunidad de asistir a todas y cada una de las conferencias Urban Age realizadas a lo largo del mundo. ¿Cuál es, desde tu punto de vista, el alcance que tienen éstas en la manera de hacer políticas públicas en la ciudad sede?
Enrique Peñalosa (EP): Aunque hay ciertos acuerdos fundamentales, el tema del urbanismo no es una ciencia. No hay forma de probar matemáticamente, que es mejor tener ciclo rutas a que no tener, que la densidad de una ciudad de 120 hab/há es mejor que otra, etc. En general hay ciertos argumentos con los que uno puede probar ciertas cosas, pero entonces es interesante que se reúnan expertos en el mundo, y se discutan ciertos estándares, que algunos expertos desde afuera feliciten o critiquen ciertas cosas. Esto da pie a una discusión. Me parece que eso tiene de alguna manera cierta influencia, y termina generando un apoyo intelectual significativo a ciertos proyectos, y una crítica a otros.
JVP: ¿Han habido impactos inmediatos en las políticas urbanas?
EP: No. Ojalá que las decisiones políticas tuvieran respaldo popular, lo que tienen que tener necesariamente es respaldo de los grupos dominantes, esto es es el 30%. No estamos hablando de los multimillonarios a los cuales se refería Marx, es decir, los dueños capitalistas de la sociedad, pero sí estamos hablando de las clases medias altas. Ellos son los que deciden.
Curiosamente, las ciudades se hacen para los grupos de clase media alta, y casi que para los adultos, “hombres” de clase media alta. Y como es un tema complejo, los mismos ciudadanos pobres no son conscientes de qué es lo que les conviene.
Ellos mismos no son conscientes que tiene derecho a tener aceras, a tener ciclovías protegidas. Los que tienen todos los derechos son los señores poderosos, los que tiene carros.
JVP: Al parecer, en muchas ciudades el problema descansa en la idiosincrasia local donde aún existe una visión muy paternalista de las autoridades.
EP: Si los problemas en las ciudades no se están solucionando es porque éstos están mal diagnosticados. Si tienes una enfermedad y te dan el remedio para otra, así no te vas a mejorar. Muchas de las cosas que pasan en las ciudades son contra intuitivas. A uno “le parece” que hacer vías más grandes resuelve el temas del embotellamiento. Por ejemplo,
…en Santiago quedaron muy felices con sus autopistas con peaje inteligente, y creen que esa es la gran solución, y yo pienso que esa no es la solución, que se van a embotellar, y los problemas de la ciudad en baja densidad son muy graves, y obviamente en ninguna parte del mundo se han solucionado los temas de embotellamientos construyendo mas vías. En ninguna parte.
Obviamente, durante los primeros años de construidas las vías se alivia el tráfico, pero 10 años después, es otra la historia. Entonces son muchas cosas contra intuitivas. El problema de los sistemas urbanos es que parecen ser muy obvios y no lo son. A uno “le parece” que es el sol es el que da vuelta alrededor de la tierra, y claramente no es así. Este tipo de seminarios ayudan a crear una consciencia y a mirar ciudades más exitosas. Por ejemplo Londres, Copenhague, o Zúrich, que son ciudades mejores que las de América latina en términos de espacios peatonales, mejores espacios públicos, parques, etc.
Lo que hace falta también es hacer cosas completamente distintas, redes de vías peatonales, o redes de vías sólo para bus, especialmente en ciudades como, no digamos Santiago que ya está casi terminada, pero qué tal en África, donde las ciudades serán mucho más grandes de lo que son hoy. Gran parte de la ciudad de Nairobi del año 2070 se está por hacer, y podría hacerse completamente distinta, con parques que vayan de lado a lado, de vías solo para buses, una manera distinta de vivir.
JVP: Para que eso ocurriera, habría que tomar las riendas políticas.
EP: Finalmente son los políticos los que toman las decisiones de las ciudades. A uno pueden o no gustarle los políticos, pero la realidad es que los políticos toman las decisiones. Sin embargo, lo que nos falta es cuestionar la visión de ciudad.
La gente tiene muy clara cuál es la vivienda ideal que quisiera, pero no tiene claro la ciudad que quiere. De eso no se habla, no se tiene claro ni el barrio, ni siquiera la cuadra. Si tú le preguntas a la gente en Santiago…cómo es su cuadra ideal, de qué altura quiere sus edificios, ¿tenemos mesclado lo residencial con el comercio, o no?, ¿de qué ancho deben ser las aceras?, ¿tenemos ciclorutas, o no?, en fin…
Posiblemente uno lo podría llegar a tener claro, pero eso toma tiempo. Creo que no dedicamos suficiente tiempo a construir nuestra visión de ciudad. Creo que hace falta poner más en práctica ese ejercicio.
JVP: ¿Crees que las visiones prestadas de otros lados, ayudan a crear o a generar una visión propia?
EP: Claro, lo que yo creo es que la gente en el mundo se parece más de lo que uno cree. Por ejemplo en América Latina, el sistema de buses colombiano, TransMilenio, lo aprendimos de Curitiba. Son pocas las cosas que se replican en un lado y no funcionan en otra…
JVP:…en Santiago, por ejemplo, donde replicamos el TransMilenio en el Transantiago…
EP: No, yo creo que Transantiago va a ser el mejor sistema de buses en America Latina muy pronto. Lo que pasa es que hubo una serie de errores políticos, una serie de errores en la implementación, pero tiene cosas muy buenas, como por ejemplo, tienen el sistema de tarjeta electrónica más sofisticado de América Latina, y sustituyeron todos los buses tradicionales de manera simultánea…
…yo creo que Transantiago tuvo muchos problemas de implementación, además de problemas políticos entre la derecha y la izquierda, pero obviamente yo estoy convencido que el Transantiago va a ser el mejor sistema de buses en América Latina en unos 4 o 5 años.
JVP: En cuanto a sistema de transporte de Bogotá, ¿qué porcentaje de Transmilenio es subsidiado por el Estado?
EP: Cero. TransMilenio no tiene ningún tipo de subsidio del Estado. El Estado construye la Infraestructura, pero los buses pagan todos los impuestos. A diferencia de los metros, que generalmente no pagan los impuestos de importación o tienen tarifas subsidiadas, el TransMilenio paga aranceles a la importación de los buses, paga impuesto a la venta de los buses, paga impuesto de renta, paga impuesto de rodamiento – como los carros que pagan por usar las vías. El costo de construcción de vía lo paga -finalmente TransMilenio- a través de impuestos, como cualquier vehículo. No solamente se autofinancia, sino que paga muchos impuestos. Yo no me siento orgulloso que no sea subsidiado. Me parece bueno que el transporte público sea subsidiado.
Por otro lado, hay una cosa equivocada, TransMilenio tiene un problema grandísimo. En Bogotá están todos los buses tradicionales que hacían la guerra del centavo y competían como locos. Cada bus de TransMilenio que entra al sistema, tiene que comprar nueve (9) de los tradicionales y además pagar por la chatarrización de los buses viejos. Es una cosa completamente loca. Toda la ciudad quiere que entren los buses nuevos, pero le estamos cobrando todo el costo de sacar los buses viejos de circulación a los usuarios del TransMilenio. A quienes se le debería de cobrar esos impuestos, es a los usuarios de los carros. Esto duplica el costo de los buses. Como sube el costo, los buses van muy llenos. Lo que te quiero enfatizar es que TransMilenio, además de autofinanciarse, paga una cantidad de impuestos inusitados. En Bogotá el Transmilenio representa aún solamente el 25 o 30% de la totalidad de los buses de la ciudad. Todavía falta sacar el 70%.
JVP: En Chile se ha puesto el tema en la mesa sobre Nacionalizar el sistema de Transporte Público. ¿Qué opinión tienes al respecto?
EP: ¡NO! Eso sería una locura. Yo creo que los buses nunca deben ser del Gobierno. Por lo menos, en Colombia, un bus del Gobierno, que sale del norte llega al sur con otro motor, bueno, eso es en el peor de los casos, pero en el mejor de los casos es una operación ineficiente. Yo creo que el Estado debe tener una pequeña operación, y subcontratar, pero los buses que sean de privados y que se les pague por kilómetros, no por pasajeros, para que sea un sistema moderno.En Chile me parecería muy extraño, ya que nos han enseñado en América Latina a ocupar el sistema privado para todo. Un bus del gobierno es un desastre. Me parece que sería un error inmenso. pURB