9.06.2009
Barranco
Alameda Saenz Peña, Barranco, Lima Perú.
Cuando alguien me pregunta si soy barranquino, le digo que lo soy, aunque no lo soy de nacimiento, soy hijo de inmigrantes y naci en la zona norte de la ciudad de Lima, a los 5 años mis padres se mudan al Segundo piso de una casona de Barranco en el sector oeste, así que podría considerarme barranquino por adopción, estudie en mi primaria en la escuela que lleva el nombre del que se podría decir hasta ahora el mejor alcalde de Barranco, Manuel Montero Bernales; a los 7 gane un concurso de pintura, recuerdo exactamente la mañana cuando utilice los colores y pinte el edificio del centro cívico, y la lagunita.
La secundaria la estudie en el José María Eguren, que hasta ese tiempo era un símbolo en los desfiles de aniversario de la comuna; recuerdo que mi padre quería que sea ingeniero electrónico, tuvimos una larga discusión acerca de ello, pero hoy mirando hacia atrás recuerdo unas palabras de Louis Kahn, el dijo una vez, “una ciudad es un lugar donde un muchacho que pasea por ella puede ver algo que le dirá los que tiene que hacer durante su vida entera”, así que decidí estudiar arquitectura en la universidad Nacional de Ingeniería, y me gradué con summa cum laude.
Pero no quiero que esto sea un monologo para hablar de logros personales, sino que estoy agradecido con la vida, con Dios por haberme puesto en Barranco, lamentablemente en estas últimas décadas Barranco ha venido sufriendo una pérdida de su patrimonio, de sus espacios urbanos, mejor dicho de su vida misma.
Perdimos el centro cívico y la laguna, donde se erigió esa arquitectura abyecta que pretende llamarse Museo de Arte Moderno, ya desde aquella época, no hubo concurso de ideas, no se permitió participar a los vecinos: de allí le siguieron el Mercado de la avenida Grau, luego las playas, y como tiro de gracia para una villa agonizante, la Municipalidad Metropolitana de Lima, bajo la gestión del Alcalde Castañeda, atraviesa la zona monumental de Barranco con una mala imitación de una metrovía so pretexto de mejorar el transporte público en Lima.
Lo lamentable de esto es que siempre han existido dos Barrancos, divididos socialmente, la av. Bolognesi era el Límite de ambos, pero con la construcción de la vía del metropolitano no solo se divide la ciudad socialmente sino que ahora el equipo de Castañeda lo hace físicamente.
Pero Castañeda se olvido de calcular algo, y es que en Barranco es una ciudad donde todavía la gente vive, compra, camina, conversa, y tenemos no solo un espíritu bohemio, sino también un espíritu de libertad, a través de marchas hemos logrado mitigar en algo los efectos del metropolitano y le hemos dicho a Lima que a los ciudadanos de Barranco, esta vía simplemente nos ha afectado la vida.
Hasta ahora no hay una respuesta clara de cómo el INC y Protransporte, no han tomado en cuenta las Recomendaciones de la UNESCO sobre la conservación de Bienes Culturales que el peligro de obras públicas o privadas puedan poner en peligro, tampoco entendemos como la gestión de Castañeda no haya leído el compromiso que se tenía con el banco mundial, el cual indicaba que debía evitarse pasar por zonas históricas, tampoco entendemos como se pudo aprobar una sección de vía que no cumple con las normas mínimas del actual reglamento nacional de edificaciones.
En medio de esta lucha por lograr una explicación por parte del alcalde Castañeda, este, simplemente no responde, obvio, con un 77% de popularidad, y con un distrito como Barranco que no pesa electoralmente, Castañeda cual Goliat nos ve como un David, ni siquiera para tomarnos en cuenta.
A lo largo de estas marchas hemos visto la mano política sucia al parecer de la gestión de Castañeda de decir que las marchas están realizadas solo por pitucos de la zona del malecón de Barranco.
¿Hasta cuando en nuestro país los líderes políticos dejaran de dividirnos y segregarnos para conseguir sus fines políticos?, se dice mucho que los peruanos somos conformistas, creo que toda persona que vive en Lima, debe de pensar que Barranco es de todos, que es uno de los últimos lugares pintorescos que todavía prevalecen en Lima, creo que cada limeño que alguna vez ha pisado el parque, que alguna vez fue con su pareja al puente de los suspiros, o alguna vez disfruto de la Estación de Barranco esto debe preocuparle, y debe decirse a sí mismo y a Castañeda, si, yo soy también soy barranquino y esto que Castañeda ha hecho con Barranco y está haciendo con toda Lima, merece por lo menos una reparación.
Les dejo unas fotos que tome una tarde antes de que estas obras se llevaran a cabo.
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