Les presento al próximo presidente de Colombia

Hace meses estuve en Colombia, y en un paseo por la ciudad de Medellin, me doy con la sorpresa de que algun ancestro mio, estaba relacionado con la ciudad, visite la Casa Barrientos, y me entere de que no era el unico de esta familia que escribia, les dejo un articulo de Juan Pablo Barrientos quien es Comunicador Social, Periodista, corresponsal de noticias en Washington DC y Candidato a la Maestría de Estudios Latinoamericanos en la universidad de Georgetown.

Foto: Óscar Pérez





Colombia ha caído en el gran error de pensar que solo un hombre puede ser la salvación de una nación de 45 millones de habitantes. Se ha endiosado la figura de carne y hueso de un colombiano de 56 años, de 1.73 de estatura aproximadamente, ojos claros, temperamento fuerte, discurso convincente y un conocimiento del país extraordinario. Sí, es Álvaro Uribe Vélez, presidente del país desde el 2002. Su popularidad ha alcanzado porcentajes de hasta el 80% y el éxito de su política de seguridad democrática y sus primeros cuatro años de gobierno, fueron argumentos suficientes para que la constitución se reformara para reelegirlo por otros cuatro años. Posiblemente la carta magna se modificará de nuevo para una segunda reelección en el 2010. ¿Por qué? Porque los colombianos hemos caído en la ceguera de pensar que solo él puede hacer cosas buenas por el país, que solo él puede terminar con la guerrilla terrorista de las FARC, que solo él puede ofrecer una estabilidad económica y que solo él es el único compatriota capaz de regir los destinos del país más complejo de América Latina.

No es así. Hay muchos colombianos que han demostrado que se puede “pasar del miedo a la esperanza”, “de la simpatía al compromiso”, y que podrían ser tan exitosos o incluso más que el presidente Uribe. No es necesario perpetuarse en el poder ni perpetuar a secuaces que quieran ser una copia exacta del jefe. Por el bien de la democracia, las mayorías de hoy tienen que dejar florecer a las mayorías del mañana, que necesariamente no tienen que pensar ni actuar igual. Simón Bolívar, el libertador de América, pronunció una joya que merece ser repetida en un hemisferio donde varios mandatarios tienen fiebre reeleccionista (Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y por supuesto Colombia). “…nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía”. La frase no necesita explicación. La dejo así y les presento quien a mi parecer y el parecer de muchos colombianos, es la opción más inteligente que tiene el país.

Les presento a Sergio Fajardo Valderrama, matemático y alcalde de Medellín entre el 2004 y el 2007. Como todos saben, la capital antioqueña fue alguna vez la capital violenta y de la muerte en el mundo. Nadie quería arrimarse por tierras paisas. Su nombre era sinónimo de Pablo Escobar, narcotráfico, carro bomba, asesinatos, atracos y muchos otros adjetivos que hoy en día están erradicados. Decir que fue Sergio Fajardo el artífice total de esta transformación sería egoísta, pero si fue él el alcalde que le dio las puntadas finales a una Medellín que estaba rota, una Medellín que se desangraba y que había perdido toda esperanza de ser una ciudad transformada y transformadora.

Con su lema “Medellín la más educada”, Fajardo logró ser reconocido como el mejor alcalde del país y el personaje del año 2007 en Latinoamérica según la revista fDi de Londres. En Barcelona, su proyecto de ciudad “Medellín, la más educada” recibió el premio City to City Barcelona FAD Award. Su popularidad, tanto en la ciudad como en todo el territorio nacional, alcanzó unas cifras inimaginables. No es de familia política ni estuvo inmiscuido en el tema solo hasta lanzarse a la alcaldía de Medellín. Es por eso que su forma de hacer política es diferente. Camina las calles de la ciudad, se monta a los buses, se para en los semáforos, visita los colegios… ¡es diferente! El contacto con la gente lo hace más humano y sensible a las principales problemáticas que enfrentan sus conciudadanos. Fajardo tiene muy claro que cada triunfo en su vida no es un escalón que sube, sino un escalón que baja, para de esa manera untarse de la gente, de sus problemas, de sus alegrías, de sus esperanzas.

No es Uribista ni Antiuribista. Respeta a sus contendores, por lo que su discurso está basado en los argumentos serios, no en los insultos. Viaja por todas las ciudades del país, conociendo la geografía nacional, la cultura de los pueblos y las necesidades que enfrenta el colombiano común y corriente. Es maestro, pues les enseña a otros mandatarios cómo hizo para transformar la Eterna Primavera, como es conocida Medellín. Es alumno, ya que está abierto al diálogo, a los éxitos y fracasos que la historia ha dejado en una Colombia tan sufrida, y sobretodo respetuoso de las ideas diferentes, a aquellos que no piensan como él.

Fajardo representa los sueños del joven y adulto; del rico y el pobre; del blanco y el negro; del gay y el heterosexual; del educado y el analfabeta; del ciudadano y el pueblerino. Sergio, como todos lo conocen, es la opción más inteligente para continuar con la construcción de una Colombia nueva. Una Colombia que busque la justicia sin olvidar los Derechos Humanos; que promueva la economía y la competitividad sin ignorar a los desprotegidos y ante todo, una Colombia que seguirá luchando ahincadamente contra el terrorismo y la delincuencia, sin dejar de lado la educación, pilar fundamental de toda sociedad.

Estoy seguro que Fajardo podría andar campante por las calles de Medellín sin necesidad de escoltas. No solo de Medellín, sino de Colombia. La gente lo quiere, lo admira, lo respeta. Lo más importante la gente lo necesita. Colombia necesita fortalecer sus instituciones, pues lamentablemente en Colombia se fortalecen individuos, y eso es malo para la democracia. Fajardo ha dado muestras de trabajar en equipo, de trabajar con todos y sobre todo, de trabajar para dejar un país que se sostenga con o sin él.

Miguel de Unamuno decía que “cada uno es cada uno con sus propias cadaunadas”. Fajardo es un hombre original, con un estilo propio y original. Sin embargo, he estado muy atento desde hace dos años a las elecciones de Estados Unidos y al discurso de Barack Obama. Hay grandes similitudes en el pensamiento y los ideales de estos dos hombres. Fajardo siempre ha predicado su lema “del miedo a la esperanza”, incluso tiene un libro sobre Medellín con ese título. Obama en su discurso inaugural hizo alusión al mismo tema. Ambos comparten la idea de la educación como única herramienta para salir de la pobreza. Obama está haciendo historia en Estados Unidos y estoy seguro que Fajardo hará lo suyo para seguir sacando a Colombia del hueco en el que ha estado por casi doscientos años.

Gracias presidente Uribe por su trabajo arduo y constante. Salga por la puerta grande y permita que otros sigan con la transformación de Colombia. No se aplique a usted mismo esta frase de Simón Bolívar: “si un hombre fuese necesario para sostener el Estado, ese Estado no debería existir; y al fin no existiría”.