Comparto el testimonio de una amiga que ha sufrido en estas semanas los avatares del uso del Metropolitano, las palabras que leeremos son la version del usuario que no ve al Metropolitano desde una critica destructiva, es de una persona que no pertenece a algun grupo o colectivo barranquino, por lo tanto nos da una vision limpia del Metropolitano.
Miguel Angel: el lunes salí muy temprano como de costumbre a trabajar, al llegar al paradero de Matellini (estación final metrpolitano) me uní a una legion de aproximadamente 60 personas desinformadas que esperábamos angustiadas nuestros micros o combis, con el alma en el reloj y viendo que los minutos pasaban más rápido de lo acostumbrado le pregunto a una señorita policia quien lamentablemente también estaba desinformada (????)… ni un afiche ni volante que nos indique a donde tomar los micros o el cambio de las rutas, nadie que informara, la gente desorientada daba vueltas o avanzaba con la esperanza de divisar alguna salida, algunos se aventuraban a tomar el metropolitano creando nuevas rutas para llegar a tiempo a trabajar… el desorden del caos… finalmente tuve que tomar un taxi, quienes cobraron “lo que les dio la gana” frente a la demanda… gracias metropolitano!!!!
El martes salí más tarde (1:30 pm) dispuesta a enfrentarme a la metrodesinformación… no perdí mucho tiempo y me fui al metropolitano, aunque me deja bastante alejada de mi destino y por saciar mi curiosidad decidí unirme a la aventura. En la entrada, igual, ni un afiche de la ruta ni volantes informativos, sí varias señoritas llamadas “orientadoras” quienes tampoco saben mucho pero al menos nos invitan a seguir la travesía.
Se camina bastante para llegar hasta la entrada del bus… pero bueno, es un buen pretexto para hacer algo de ejercicio, muy limpito todo con ese olor a nuevo que da gusto, llego a la fila para subir donde había otra orientadora y un supervisor… al llegar el bus (que no tardan nada entre uno y otro) se abren las puertas de vidrio y luego las puertas del bus, entre el bus y la plataforma de entrada hay un pequeño puente al aire de unos 50 cm. que los une, pues el supervisor que se para en este puentecito y que crees… al pasar la gente de salida, se va de espalda y cae al hueco entre el bus y la estación aproximadamente un metro o algo más!!! Si bien no es mucha altura, el hombre se dio tremendo golpe… de inmediato saltaron 2 trabajadores a sacarlo al parecer sin daños de consideración… no es broma, si un supervisor se cae en ese espacio que puede suceder con cualquier niño o despistado???? Cuando se abren las puertas del bus no hay una zona determinada para subida y bajada, la gente lo hace “simultáneamente” y entre tropezones de ida y vuelta… es bueno hacer saber esto a quienes tienen que corregir errores.
No obstante, el viaje fue cómodo, tranquilo, limpio y hasta elegante, debo admitir que me sentí hasta orgullosa que tengamos algo mejor en que movilizarnos aún así las deficiencias que se tienen que mejorar. Lo lamentable: tuve que caminar 8 cuadras y media para llegar a mi destino ya que no hay una línea alimentadora que me lleve del ovalo balta en barranco a la cdra. 3 de la av. san martín… por supuesto que llegué cansada y tarde!!! Qué aventura!!!
Un afectuoso saludo
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