A propósito de la ley 29602, que declara al Señor de los Milagros Patrón de la espiritualidad religiosa católica en el Perú, los Ciudadanos de Segunda Categoría afirmamos lo siguiente:
- Una democracia saludable debe velar por la imparcialidad del Estado y sus autoridades políticas ante la diversidad de creencias religiosas. La demagogia del Congreso, aplaudida por Alan García y traducida en esta Ley, atenta contra el carácter laico del Estado Peruano.
- Muchos de los ritos que caracterizan la presencia de la Iglesia Católica en la vida pública peruana (misa de fiestas patrias, homilía de fin de año, procesiones populares, etc.) son utilizados por la élite eclesial para afirmar su poder, un poder interesado en mantener privilegios tributarios y en imponer preceptos conservadores en las políticas públicas, principalmente en las que conciernen a la educación, la salud, la igualdad, las libertades civiles y los derechos humanos.
- Esta iniciativa legal alimenta la alianza entre la jerarquía católica y sectores políticos y económicos ultra-conservadores, cuyos objetivos comunes son combatir la pluralidad de ideas y la diversidad de identidades sexuales, controlar los programas de salud sexual y reproductiva, revertir leyes que consagran los derechos de las mujeres e impedir la formación de una ética pública independiente de la religiosidad.
Con estos señalamientos no cuestionamos las creencias religiosas particulares o la devoción al Señor de los Milagros. Por el contrario, creemos que la jerarquía católica y sus aliados políticos como Alan García no deben manipular una fiesta popular que goza de gran arraigo y forma parte de una tradición cultural que va más allá de lo religioso.
Los partidos del poder económico y político y sus medios de comunicación -dominados por el conservadurismo- han permanecido siempre silenciosos ante las grandes dosis de sufrimiento que causan los imperativos de la Iglesia Católica, ya sea sobre las identidades sexuales, el aborto terapéutico, el VIH, los métodos anticonceptivos y la salud sexual, ya sea por la posición indolente de su Cardenal con la causa de los derechos humanos, aún en los años más feroces del conflicto armado. De esos partidos y de esos medios, no esperamos nada.
Por el contrario, saludando la declaración de la ONG Flora Tristán, llamamos a los colectivos ciudadanos, a las organizaciones políticas democráticas, a las instituciones de promoción de derechos humanos y derechos políticos, a pronunciarse en contra de la ley 29602, a reafirmar la necesidad de luchar por un Estado laico y a denunciar permanentemente a la jerarquía de la Iglesia Católica, que se suma al secuestro del Estado y la vida pública por parte de intereses particulares que atentan contra los derechos políticos, cívicos y sexuales de los y las peruanas.
POR UN ESTADO LAICO
RECUPEREMOS EL PAÍS
De Ciudadanos De Segunda Categoria
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