Una vecina decide comprarse un departamento en un lugar tranquilo y con poco transito, pero de repente de un momento a otro ve y oye pasar por la puerta de su casa a centenares de vehículos particulares y públicos durante todo el día y gran parte de la noche, convirtiendo su barrio en un caos. Un vecino despedía todas las mañanas en la puerta de su casa a su hijo que se iba al colegio, quedaba sólo a dos cuadras donde vivía y para lo cual tenía que cruzar una avenida principal, con transito pero moderado. De pronto un día se dieron cuenta que la av. principal había sido convertida en corredor vial y no hay forma de cruzarla sin sortear los vehículos que no se saben por dónde van a venir o pasar y ahora el vecino encomienda a su hijo a las diez mil vírgenes para que vaya y regrese a salvo. Otro vecino para irse a Chorrillos sacaba su carro cruzaba la av. Principal y se enrumbaba hacia allá. Pero un día se dio cuenta que para enrumbar a Chorrillos, tenia que irse tres cuadras por la av. Principal, cruzar a izquierda una cuadra, seguir de frente tres cuadras más, voltear a la izquierda tres cuadras, voltear nuevamente a la izquierda una cuadra larga, voltear a la derecha dos cuadras y recién allí estará al frente de su casa y con rumbo a Chorrillos. Otra vecina que hacia su mercado diariamente tomaba su combi y pagaba su “chinita” la dejaba en la puerta del mercado y de regreso igual. Pero un día de regreso del mercado perdió mucho tiempo esperando su combi, preguntó y le dijeron que ya no pasaba por allí, estaba a 10 cuadras de su casa y salvo que tome un taxi no tenia forma de llegar con movilidad, por lo tanto a cargar sus dos bolsas con varios kilos durante las 10 cuadras.
Historias como estas se están dando por miles en nuestro otrora apacible distrito de Barranco desde que la Municipalidad de Lima decidió construir el “Mostropolitano” y utilizar a Barranco como corredor para los distritos al sur de él. Pero como hemos podido apreciar en las historias anteriores el problema no solo es de tráfico, vialidad o pistas más o menos, es un problema que ha ocasionado un cambio en las vidas de los vecinos. Un cambio que les esta perjudicando no sólo en sus desplazamientos internos o a otros distritos, sino más grave aún, un cambio que les esta afectando su calidad de Vida.
Ya en 1945 el Suizo Le Corbusier (1887-1965) cuyo nombre real era Charles Edouard Jeanneret, y reconocido como el padre de la arquitectura moderna manifestó una serie de principios fundamentales para enfocar el urbanismo, señalando como las funciones principales : a) habitar; b) trabajar; c) recrear; d) circular y tal como esta Barranco no cumple ninguna de estas funciones, veamos: Habitar: con la contaminación sonora todo el día y parte de la noche, sumado a la gran emisión de gases nocivos hace que el vivir sea un suplicio. Trabajar: tanto para los que lo hacen dentro del distrito, como los que tienen que salir a trabajar fuera de él, es un calvario por el constante cambio de paraderos y por lo peligroso que se ha vuelto el tráfico. Recrear: los pocos espacios que tenemos son de peligroso acceso, así llegar al Parque Municipal o a la playa significa cruzar avenidas totalmente congestionas o con circulación en ambos sentidos con tráfico intenso. Y por último Circular: esto ya es imposible pues Barranco se ha convertido en un distrito con calles y avenidas para automóviles, no para peatones ni ciclistas. El vecino peatón invierte mucho tiempo en los desplazamientos y tiene que cuidarse todo el tiempo de los carros, combis y buses que no se sabe por dónde se van a aparecer. Para el vecino con automóvil tampoco es fácil la cosa, ya sea para salir o entrar del distrito, o pasear dentro de él, tiene que dar muchas vueltas, consumir más gasolina (mayor emisión de gases tóxicos), perder tiempo, cuadrar (si hay sitio) lejos de su destino.
El enfoque de la Psicología Ambiental nos dice que el comportamiento de las personas y el ambiente son elementos que se influyen mutuamente. La forma como nos influye un área verde, la construcción de un edificio, el diseño de los espacios privados y públicos, los muros de una habitación, una nueva calle a metros de nuestro hogar, son preocupaciones de la psicología ambiental. Además para ésta la Participación ciudadana es fundamental y necesaria para desarrollar y fomentar el involucramiento de los diferentes miembros de la comunidad en el cuidado y preservación de los espacios, pero sobre esto regresaremos al final del artículo.
Cuando el medio ambiente, en este caso físico, en el que nos desenvolvemos cotidianamente sufre degradación o alteración de los ecosistemas - el Mostropolitano de hecho es no sólo una alteración del ecosistema, sino una aberración de éste - produce en la persona una reacción destinada a restablecer el estado de cosas anterior, una suerte de regresar a nuestro equilibrio u homeostasis anterior. Esta reacción produce tensión y viene acompañada de una serie de cambios fisiológicos, neuroendocrinos, psicológicos y conductuales. A esta tensión y estos cambios es lo que se denomina estrés. Es una respuesta adaptativa a un peligro real o potencial y puede ser de lucha, de huida, de desmayo o de paralización. Cuando este peligro real o potencial ha sido afrontado y resuelto o desaparece nuestro organismo restablece su equilibrio; lo cual nos indica que el estrés es una reacción normal, sana, condicionada por millones de años de evolución cerebral y esta destinada a preservar nuestra sobrevivencia. Si no tuviéramos esta reacción de estrés no estaríamos motivados para alcanzar nuestras metas, la motivación es el estrés positivo, es lo que nos brinda energía para actuar en cualquier campo de nuestra actividad
Pero cuando este peligro real o potencial no se ha resuelto y persiste (según las autoridades ediles de Lima el Mostropolitano se hace sí o sí), el desequilibrio es permanente y se convierte en estrés negativo o distrés, al que se define como el sistema de comportamiento disfuncional, anormal o patológico ocasionado por factores llamados estresores. Así que el mostropolitano es un factor estresor de los barranquinos. Estos estresores son generadores de ansiedad, de angustia, que se expresan en tensión nerviosa.
El distrés produce la disminución de nuestras defensas inmunológicas, aumenta el riesgo de padecer trastornos cardíacos y circulatorios, diabetes, asma, úlceras, cáncer, alergias, infecciones, anorexia nerviosa, dolencias inflamatorias del colon, del intestino, colitis ulcerosa, enteritis local, etc. A nivel de las alteraciones respiratorias, encontramos el asma. El distrés emocional también puede causar o empeorar muchos trastornos de la piel.
El tratamiento de estas alteraciones no debe limitarse a aliviar los síntomas físicos resultantes sino que debe tenerse en cuenta actuar en forma combinada con psicoterapia a los efectos de solucionar los demás síntomas. Pero si las causas reales no desaparecen la remisión de los síntomas es casi segura y combinados con otros tipos de reacciones psicopatológicas como la desesperanza aprendida (“así será pues, que vamos a hacer, ellos tienen el poder”), negatividad que por mecanismos de retroalimentación tienden a acentuar los síntomas ya citados. Es decir, si de por medio esta nuestra salud mental y física, nunca será tan cierto como ahora nuestro slogan: “EL METROPOLITANO ASI NO”
La Participación ciudadana dentro de la psicología ambiental es fundamental y necesaria para desarrollar y fomentar el involucramiento de los diferentes miembros de la comunidad en el cuidado y preservación de los espacios. Es un proceso continuo donde se desenvuelve una comunicación de doble vía, entre las partes involucradas, con el propósito de conciliar y desarrollar acciones en pro del desarrollo sustentable y calidad de vida de lo integrantes de una comunidad. Esta permite fortalecer a la comunidad para hacer valer sus deberes y derechos, incorporar a la comunidad en la toma de decisiones, perfeccionar y validar iniciativas, aportar credibilidad y transparencia a las decisiones y promover el intercambio de información relevante en cuanto a los temas ambientales que competen a la comunidad.
Ahora ya sabemos como se sienten nuestros vecinos, de lo que están empezando a sufrir, de las enfermedades a las que no ha expuesto el Mostropolitano, pero también sabemos que no caeremos en la desesperanza aprendida ni en la negatividad, nuestra adrenalina será puesta al servicio de la desaparición de las causas reales que originó su diseminación en nuestro organismo. Estamos decididos a Salvar Barranco, salvar nuestro hábitat para beneficio de los barranquinos y limeños en general
Por Lorenzo Rolandi Cavallero *
* Vecino de Barranco, Psicólogo, con Maestría en Modificación de Conducta y Doctorado en Psicología. Se desempeña en el área organizacional por lo que es Consultor de diversas empresas. Especialista en Calidad de Servicio y Clima Laboral. Docente universitario y Conferencista nacional e internacional
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