11.30.2009
Para no olvidar lo que nos trajo el 2009
Sigue la corrupción en Barranco: tocó el turno de la cancha Unión
por Juan Sheput
Para quienes no conocen muy bien Barranco, la cancha Unión es un estadio de fútbol con tres campos y es un lugar emblemático en el otrora hermoso distrito. Sobre sus pastos han jugado varias generaciones de barranquinos y es un privilegio, que tienen pocos distritos, tener un espacio público que bien utilizado puede servir para diversión y práctica deportiva no sólo de los barranquinos sino de todos los limeños.
Barranco necesita espacios públicos. Los que tenía han sido vendidos o cedidos por alcaldes delincuentes que llegaron con engaños al Municipio para hacerse ricos. La impunidad, que se cobijó en la indiferencia del vecindario, se entronizó. Pero hoy no es así. Hay una nueva forma de pensar en los vecinos barranquinos. Ya no están dispuestos a que alcaldes corruptos sigan vendiendo lo que les pertenece a todos.
El alcalde Antonio Mezarina Tong es uno de esos alcaldes con graves indicios de corrupción. Cree que jamás será juzgado. Sus pasajeras alianzas con algunos congresistas, que si lo protegen también son corruptos, lo hacen pensar que la justicia jamás lo alcanzará. Se equivoca. Sus actos de perjuicio a Barranco están documentados y en algún momento se confrontarán con la justicia.
Este señor, que para mala suerte de Barranco es su alcalde, pretende vender la Cancha Unión a la Universidad Alas Peruanas.
Antonio Mezarina es el mismo individuo que está permitiendo que se lotice el malecón de Barranco, los acantilados, para lo cual "gozaría" del apoyo de dos ex alcaldes de Barranco, uno de ellos actual congresista. Es decir el sentido mafioso con que se ve el servicio público sigue vigente en Barranco. Por obra y gracia de aquellos que han mal utilizado la alcaldía las playas de Barranco están en manos privadas, la hermosa Plaza de Armas ha perdido su encanto pues la suciedad y la contaminación sonora que proviene de pseudosrestaurantes la ha convertido en un lugar desagradable, las casonas caen derribadas sin que el alcalde haga o diga nada. Antonio Mezarina ha permitido, vaya usted a saber porqué razones, que se destruya la avenida Bolognesi. Y ahora pretende vender la cancha Unión de Barranco.
Sin embargo los vecinos están unidos y no deben permitir este despropósito. Y hay que empezar las acciones legales del caso. Es una lucha que debe traer una lección: que la unidad es necesaria para asumir la alcaldía y no permitir jamás que vuelvan a llegar a ella personas como Martín del Pomar o Antonio Mezarina o algunos otros foráneos que bajo el ropaje de la juventud traen los peores vicios, usos y costumbres de la política peruana.
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